-El océano, a veces, juega trucos con la mente. Es peligroso.
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"El océano es más antiguo que las montañas y está cargado con los recuerdos y los sueños del Tiempo." H.P. Lovecraft
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—¿Podrías dejar de moverte? —masculló Luna —Es desesperante.
Aquella tarde, después de la reunión, Nerea, Luna, Jasper y Edward se habían reunido en el estudio de Carlisle para hablar sobre la estancia de la Vulturi.
—No puedo comunicarme con Nico, los mensajes de Iris no funcionan —dijo de la misma manera, sin dejar de caminar por el estudio, teniendo encima las tres miradas sobre ella —Hefesto TV no está transmitiendo en vivo nada, la situación de Nessie es complicada, no logro dormir adecuadamente desde hace un mes, no he tomado mi correspondiente taza de café del día y además tengo trastorno de déficit de atención con hiperactividad. Así que la respuesta es no, Luna, no dejaré de moverme.
La vampira le dio una mirada irritada y volvió a quedarse como una estatua.
—Maldición —gruñó al ver que el dracma volvía a caer al suelo —Ayer fue el solsticio de invierno, la segunda asamblea del año, todos los dioses se reúnen en el Olimpo. Algo malo pasó.
—¿Cómo lo sabes? —cuestionó Edward.
—Aunque estoy incomunicada, las noticias mortales han informado de la alta actividad sísmica, las mareas furiosas en las costas e inundaciones, el azote de tornados por el país y las inmensas nubes de tormenta van acompañadas de vientos furiosos —su mirada se volvió más curiosa al ver el cielo, como si algún dios fuera a aparecer en cualquier momento —Son catástrofes naturales de los tres grandes, debieron discutir cosas que no presagian nada bueno.
Cayó un relámpago. Su mirada verde viajó en esa dirección. No había nubarrones acumulados en el cielo para una tormenta eléctrica; incluso las nubes existentes no tenían la suficiente condensación para llover. Otro relámpago cayó.
El cuarteto salió de la mansión internándose en el bosque acompañando a la semidiosa en busca de su corazonada. Recorrieron al menos dos millas cuando encontraron a una docena de chicas, más o menos, entre diez y dieciséis años, cada una con una espada al cinto, un carcaj en la espalda y un arco entre ellas. Unos cuantos lobos correteaban a su alrededor. La chica que abría la marcha llevaba el cabello negro erizado en punta estilo punk y una chaqueta de cuero negro; lucía en la frente una diadema de plata como si fuera una princesa, y su camiseta tenía un estampado de "muerte a la Barbie".
—Se presentan las cazadoras de Artemisa —habló la chica de ojos azul eléctrico, y se adelantó para quedar frente a la hija del mar. —Es bueno verte de nuevo, camarón.
—Ja, camarón – se burló Emmett recibiendo miraras disconformes por el mal momento.
—Lo mismo digo, cara de pino —respondió Nerea con una gran sonrisa a Thalía. —Ella es mi prima Thalía, hija de Zeus, hermana de Jason y lugarteniente de Artemisa.
—Aunque no en ese orden —dijo Thalía, mirando a los tres vampiros.
—¿Qué las atrajo? —cuestionó Nerea al ver a las cazadoras junto a unos cuantos semidioses.
