-El océano, a veces, juega trucos con la mente. Es peligroso.
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"El océano es más antiguo que las montañas y está cargado con los recuerdos y los sueños del Tiempo." H.P. Lovecraft
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Nerea susurro un <shh> hacia Jasper, a lo que esté asintió al entrar al camarote, siguiéndola, Percy que iba salido del baño de la habitación, se quedó mirando a la pareja confundido, cuando su hermana estuvo lo suficientemente cerca, le pregunto en voz baja.
—El no dormirá aquí, ¿cierto?
—No lo dejaré afuera, Zaid puede aparecer con una daga o alguno de sus trucos. —Percy rodó los ojos y la menor, río ante el rostro de molestia de su hermano.
—Oh, querida hermana, lo siento, pero no.
—Percy, sí.
—Percy, no.
El mayor de los Jackson aspiró frustrado, tomo asiento en la cama observando al vampiro, su rostro se mostraba inexpresivo, como la mayoría de las veces, ya se había acostumbrado a ello.
—Cuñado, ponte cómodo. Sé que es difícil, que no puedas compartir la cama con mi hermana. —el sarcasmo era palpable en cada palabra. La menor suspiro, lo último que necesitaba era una discusión, sobre todo está noche.
—Tú estás muy seguro de que compartiremos la cama, ¿no? Se que el suelo de madera no es tan frío.
—Es mi cama, tú, decidiste ceder la tuya al cachorro.
Los ronquidos de Seth, los hizo perder el hilo de su conversación, se miraron y silenciosamente se acomodaron los dos para dormir. Jasper se había sentado en el piso recargando su espalda en la puerta, dispuesto a comenzar a contar cada teja de madera durante toda la noche.
Por último, Jasper y Percy se miraron el uno al otro desde cada lado de la habitación, él ultimo soltó un suspiro y se giró boca abajo en la cama, a los pocos minutos, el vampiro escucho tres respiraciones al compás del sueño.
Percy se despertó con el ruido de otra persona en su habitación, por un momento se encontró desorientado, por lo que hizo un sonido amenazador mientras su cabeza todavía se estaba despertando y quien fuera que estuviera allí se apresuró a hablar.
—Percy solo soy yo me choque con la cajonera mientras me levantaba, lo siento. —esa voz, pensó adormilado Percy ¿De dónde la conocía?
Abrió los ojos, asustado logrando golpearse la cabeza contra la cama de arriba, había olvidado que era una litera, ante su sobresalto logro despertar abruptamente a los menores. Seth había caído en un seco al piso quejándose y Nerea había levantado su rostro de la almohada, cubierto por el nido de pájaro al que le llamaba cabello, la menor soltó un bostezo al no ver ningún peligro y solo escucho lamentos, dejo caer su cabeza de nuevo sobre la almohada adormilada.
Una típica mañana en la vida de un semidiós.
Jasper se había cruzado de brazos, negando con la cabeza, esto sería divertido, pero también un maldito caos.
