CAPITULO. 007

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"Solo en Sueños."

La azabache se estremeció al sentir los labios fríos del vampiro sobre los de ella, el rubio la observo con cuidado

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La azabache se estremeció al sentir los labios fríos del vampiro sobre los de ella, el rubio la observo con cuidado. Al fin después de varios días, Jasper y Nerea estaban solos. Él no espero y estampo sus labios contra los de ella, la Jackson no tardo en corresponder y rápidamente se sumergieron en una batalla entre sus bocas, sus lenguas se entrelazaban, jugaban y se acariciaban dentro de sus bocas bruscamente. Él podía escuchar y sentir a la perfección el alocado latir del corazón de su compañera, podía sentir sus ansias, ambos necesitaban ese beso que compartían.

El vampiro retiro sus manos del rostro femenino, para colocarlas en la cintura de ella y lentamente fue arrinconándola contra la pared, sin dejar el más mínimo espacio entre ellos. Nerea coloco sus manos sobre el pecho de Jasper, pero sin intenciones de alejarlo de ella, lentamente acomodo sus brazos hasta rodear el cuello masculino, enterró sus dedos en el cabello del rubio.

Sus piernas temblaron como si de gelatinas se tratasen por la intensidad del beso, Jasper la agarro de los muslos para elevarla a su altura, Nerea envolvió sus piernas en la cintura de él, con ella en brazos camino hasta la encimera en la cocina, la sentó ahí para hacerse un espacio entre sus piernas, los dos suspiraron al sentir el rose entre ambos. Acaricio con cariño los muslos femeninos sin importa que una capa de tela los cubrirá, la sensación electrizante recorrió la columna de la semidiosa mientras la besaba con todo el amor que sentía por ella. Con suaves carisias elevo una mano hasta llegar a la cintura de ella, sonrió entre el beso al sentirla estremecerse, el sureño había colado su mano entre la prenda, sus dedos helados recorrían su piel.

—Jazz. —suspiro cerrando los ojos, disfrutando de los besos que repartía, enterró sus dedos en su cabello cuando sintió que repartía besos en su cuello. Tiro su cabeza ligeramente para atrás, el rubio repartía besos y pequeñas mordidas que lograban hacerle sentir más acalorada. Jasper apretó su muslo sin hacerle daño, subiendo de forma lenta cada tanto, cada beso enardecía en ambos un sentimiento, volvieron a unir sus labios en un beso menos feroz que el anterior. Jasper abrió sus ojos y la observo con detenimiento, se regocijo en su interior, verla ahí con el cabello despeinado, sus dulces labios entreabiertos y eso orbes oceánicos brillantes, era increíble.

—Lo siento, me he sobrepasado —se disculpó Jasper relamiendo sus labios —Si estuviéramos en mi época, un joven siendo parte del ejercito tendría demasiado romances en los distintos pueblos del Estado. —rio ligeramente al ver que su compañera enarcaba una ceja ante sus palabras. —Pero si te hubiera conocido a ti, todo habría sido distinto, hubiera regresado a verte, aunque me tomara una semana entera cruzar Texas, pero volvería con tal de verte, aunque sea unos minutos. Volvería una y otra vez con la esperanza de que, con cada visita, estuvieras un poco enamorada de mí. —la acaricio la mejilla. —Habría tenido una razón más para ganar en las batallas y que tuviéramos un futuro mejor. Te habría cortejado, tener paseos con chaperones y finalmente pedido tu mano... Te habría construido una casa. —sus palabras tocaron el corazón de la hija del mar. —Con un hermoso jardín, donde nos sentaríamos y cuando viéramos el atardecer, te profesaría el amor que te tengo.

Marea |Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora