-El océano, a veces, juega trucos con la mente. Es peligroso.
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"El océano es más antiguo que las montañas y está cargado con los recuerdos y los sueños del Tiempo." H.P. Lovecraft
...
"¿La gorra de invisibilidad de Chase? No los comentarios."
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Gracias a la llegada de Helara a la residencia, el clan tuvo varios minutos para prepararse antes de que el sheriff llegara en busca de respuestas. El ruido del motor de la patrulla apagándose y las pisadas de Charlie se escucharon al llegar.
En la sala estaban Swan, junto a ambas semidiosas, Jacob, Edward y Carlisle. El resto de la familia vampírica no estaba a la vista, pero estaban atentos al desenlace de la conversación. Charlie no parecía muy feliz con las explicaciones que Edward y Carlisle le daban y se notaba que no querían entrar en detalles.
—¿Por qué Bella me ocultó su embarazo?
—Teníamos miedo debido a su rápido desarrollo —comentó el lector de mentes—. Intentamos de todo, pero el tiempo no fue suficiente.
—Quiero ver al bebé —pidió Charlie.
Edward asintió y se levantó para salir de la habitación en busca de su hija. Al regresar, tenía en brazos a una hermosa bebé que sonreía en su dirección.
—Ella es Renesmee, nuestra hija —presentó Edward a la pequeña infante de apariencia de casi seis meses a pesar de tener solo semanas.
—¿Renesmee?
—Horrible, ¿verdad?
—Jacob, Nerea —ambos fueron reprendidos.
—Bella lo eligió; es una combinación de los nombres de nuestras madres, al igual que Carlie, por nuestros padres —indicó el padre de la niña.
—Tiene sus ojos —murmuró Charlie, observando al bebé con ternura—. Parece inusualmente grande.
—Te dije que era maravillosa —mencionó Nerea, al ver la interacción, conociendo las habilidades sociales limitadas de Charlie.
—¿Su crecimiento es peligroso? —preguntó al cargar a su nieta.
—Aún no lo sabemos; seguimos buscando alguna explicación —comunicó Carlisle.
—Cuando quiera ver a su nieta, la llevaré a su casa o puede venir aquí —comentó Edward.
—Gracias por permitirme conocerla y ser parte de su crecimiento.
—Bella hubiera querido eso. Yo no sabía cómo decírtelo ni dar una explicación.
—Es algo difícil de comprender —confirmó el jefe de policía, al saber que los amigos de su hija no eran del todo normales y probablemente ni su nieta ni su yerno lo eran.
—Todas las leyendas son verdaderas —mencionó Nerea, provocando una sonrisa en todos los seres sobrenaturales.
—Si se siente volver loco —comenzó a decir Helara—, le dejo el número de mi padre, el doctor Dubois, quien es un excelente psiquiatra —extendió una pequeña tarjeta a Swan, quien la tomó un tanto confundido.
