-El océano, a veces, juega trucos con la mente. Es peligroso.
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"El océano es más antiguo que las montañas y está cargado con los recuerdos y los sueños del Tiempo." H.P. Lovecraft
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Nuestra linda pareja estaba en la sala de la casa de la semidiosa, ambos estaban cómodamente sentados en el sofá, estudiando unos temas para los últimos exámenes del curso. El sonido de un portazo sobresalto a ambos, miraron a su alrededor y su vista recae en Percy, este estaba recargado frente a la puerta con las manos sobre las rodillas demasiado agitado.
—¿Qué hiciste a hora? —pregunto la azabache.
—No... ha... muerto... nadie...
—¿Qué clase de respuesta es esa? —Nerea dejo su libreta sobre la mesa para levantarse y caminar hacia su hermano, parecía que no podía respirar bien.
Se quedaron mirándose a los ojos tan idénticos. Estaban conversando en su mente sobre el ataque que había tenido Percy hace tan solo unos minutos en el bosque, el aroma de los vampiros y lobos no estaba opacando del todo su aroma a semidiós. Tener a dos hijos de uno de los Tres Grandes en un solo lugar, por bastante tiempo era demasiado tentador, atraía la atención de los monstruos.
—¿Qué hace el vrykólaka aquí? —pregunto Percy mientras se dirigía a la cocina a calentar un poco de comida.
—Me está ayudando a estudiar —respondió rodando los ojos la joven, ante el cambio de idioma por parte de su hermano, este inmediatamente le respondió un "aja" en forma de burla. Nerea regresando al sofá junto a su pareja —Y se ofreció a ayudarnos a hacer guardia, así podemos dormir.
—¿Y cómo lo hará? ¿Qué tal si se queda dormido? —cuestiono el azabache acercándose con un plato de comida mientras se llevaba a la boca un bocado de lasaña. Nerea volteo a ver a Jasper para que fuera el quien hablara.
—Se que sabes que no soy humano.
Percy intercambio la mirada entre la pareja, dejando su vista sobre su hermana formulando una pregunta silenciosa ante lo dicho por el rubio. Podía dejar de fingir que era ignorante al respecto con su naturaleza, al igual que el vampiro con ellos, Nerea asintió con una leve sonrisa.
—Bueno, bueno, al menos 50% si, al igual que nosotros, cuñadito.
La Señorita O'Leary, quien estaba recostada en una esquina oscura de la habitación dormitando, se levantó alerta, se dirigió a la ventana colocándose en dos patas, ambos hermanos se alertaron por el comportamiento de la perra del infierno. El mayor la siguió para ver que había atraído su atención en la ventana.
—¿Qué ocurre, linda?
—Es Edward —hablo Jasper al escuchar la llegada de su hermano.
—¿Qué está haciendo? —cuestiono Percy mirando por la ventana al vampiro cobrizo en el jardín delantero de los Swan.
—¿Qué ocurre? —curioseo Nerea acercándose al igual que Jasper a la ventana. Edward dirigió su mirada a los espectadores después de cerrar el cofre de la camioneta de su novia.
