-El océano, a veces, juega trucos con la mente. Es peligroso.
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"El océano es más antiguo que las montañas y está cargado con los recuerdos y los sueños del Tiempo." H.P. Lovecraft
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En cierto modo, es bueno saber que hay dioses griegos, porque tienes a alguien a quien culpar cuando las cosas salen mal. Por ejemplo, cuando te alejas de un autobús que acaba de ser atacado por brujas monstruosas y explotado por un rayo, y está lloviendo encima de todo lo demás, la mayoría de la gente podría pensar que eso es realmente mala suerte; pero cuando eres un mestizo, entiendes que alguna fuerza divina realmente está tratando de arruinarte el día.
—¿Cuál es el plan? —inquirió Annabeth, mirando a los hijos de los tres grandes.
—¿Tenemos un plan? —cuestionó Nerea, mirando a los chicos.
El grupo de semidioses observaba los entrenamientos de los vampiros, analizando sus técnicas y familiarizándose con los dones.
—Qué tal ganar la guerra —mencionó Leo.
—Sobrevivir a una guerra, ese es el plan —respondió Percy, ansiando vivir tranquilamente, aunque sea por unos años, solo unos cuantos.
—No es nada que no hayamos hecho antes —siguió Jason.
—No tenemos el elemento sorpresa —mencionó Nico —Mi plan está en marcha y se adapta a cualquiera que elijan.
Los ojos de sus amigos y de algunos vampiros recayeron en el hijo de Hades, curiosos por saber qué tramaban los semidioses.
Nerea fue la primera en hablar al conocer un poco más sobre el plan que Nico llevaba construyendo desde hace un año, aunque tenía muchos puntos sin conocer, ella no dejaría pasar la amenaza de los Vulturis al clan olímpico.
—Atacar a nuestros aliados es atacarnos a nosotros, y el mar no tiene piedad —habló Nerea, reafirmando su postura contra los Vulturis. No permitirían que lastimaran a su familia —Nuestras palabras y orgullo no serán pisoteados.
—La última vez solo conocieron nuestro ingenio verbal —dijo Helara— Ellos solos agotaron su segunda oportunidad.
—Esta vez vamos a pelear, por voluntad, no por alguna orden impuesta —indicó Clarisse, y todos asintieron a sus palabras con un extraño ánimo.
Nerea sintió que morir luchando con amigos como aquellos no era lo peor que podía pasarle en este mundo. Eran un grupo de locos dementes, no sabía si eran valientes o estúpidos.
—Una lástima por aquellos vampiros que se nos atraviesen en el camino. Los compadezco, porque siempre ha habido un orden y será restablecido —dijo Percy— Porque nosotros sobreviviremos. En fin, ¿vamos a desayunar?
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Definitivamente, la Navidad pasada no fue la mejor que los hermanos Jackson pasaron, y sin duda la de ese año no estaría entre sus favoritas, alejados de su hogar y de la calidez de su familia, a la espera de una batalla que cambiaría el orden.
