Capítulo 5. Heather

2 0 0
                                    

Los otros dos Hunter me miran como si quisieran descubrir mi cuerpo a partes iguales que me odian, no obstante, él... Él lo hace como si mi presencia le resultase ofensiva. Hay un extraño tono en sus palabras, como si le fuera difícil hablar y... Adler tiene algo especial, algo que lo hace ser único. ¿El qué? Todavía no lo sé, sin embargo, no es alguien corriente y, todo él desprende magnetismo; es a la vez irritante y embriagador, la extraña mezcla de emociones haciendo que los nervios chispeen bajo mi piel.

—A mí puedes decirme lo que piensas.

Los ojos de Adler son diferentes a los de sus hermanos; los suyos son de un marrón chocolate.

—Está bien saberlo —admite—. Soy Adler, no sé si padre me mencionó.

Adler. Le doy vueltas al nombre en mi mente sin más razón que la de que me gusta. Es un buen nombre, sólido.

Sonrío, buscando su mirada, pero su vista jamás llega a posarse sobre la mía.

—¿Quién te ha hecho daño? —pregunto, analizando su ojo.

—No quiero que estés aquí —declara—. Dijiste que fuera claro, yo lo soy.

Genial, otro miembro de esta familia que me detesta sin motivo.

—Sí, bueno, tampoco es que vivir en esta casa sea de mi agrado... Pero mis padres han muerto y nadie quiere hacerse cargo de mí. Cuando cumpla los dieciocho, me iré... —Trato de captar su mirada. Sí, sueno malhumorada, pero, en serio, quién no lo sonaría en mi posición—. ¿Estás bien?

Se levanta de golpe.

—Tengo que irme, Heather. —Estruja la tela del gorro entre sus manos, las cuales están enrojecidas—. No puedo decir que ha sido un honor conocerte, porque no lo ha sido.

Mi silencio es tomado como respuesta.

—¡Chicos! —grita Cassian al entrar en la cocina—. Heather, cenaremos en el comedor. Ven conmigo —dice, sujetando entre sus manos seis grandes cajas de pizza.

Le cojo las dos cajas de más arriba y tras un gracias, nos dirigimos al comedor, una sala bastante ostentosa que combina colores plateados y grises. Me siento al lado de Cassian mientras que los gemelos se posicionan frente a mí.

—Tenemos una escuela en línea que puede hacerse cargo de ti —informa el padre de los muchachos—. ¿Cola? —me tiende una botella helada que saca de una neverita.

La acepto con otro gracias.

Cuadro mis hombros hacia atrás y noto su ligera sonrisa. Oscuras y gruesas cejas arregladas perfectamente por la mano de la naturaleza acentúan el profundo azul de sus ojos.

Trevor y Wyde me miran y, como hermanos que son, tuercen el rostro del mismo modo. Es el segundo el que levanta las manos agarrando la mía con fuerza y la de su hermano. Todos se toman de las manos, cierran los ojos e inclinan las cabezas. Cassian hace una oración y, cuando finaliza, Wyde sonríe y le pasan sus platos.

—¿No iré a estudiar al instituto? —pregunto, mirando fijamente el trozo de pizza que acaba de colocar sobre mi plato.

La emoción bulle en mi interior al notar los ojos del señor Cassian en mí, hasta apenas poder controlarme...

¿Por qué me emociona tanto?

—Estamos a dos horas de cualquier zona urbanizada. Me temo que tendrás que conformarte —revela el señor Hunter—. Alguno de los chicos puede llevarte al pueblo más cercano para que compres lo que necesites. Yo me he permitido el atrevimiento de hacerme con esto... —Deja un móvil sobre la mesa—. Tienes nuestros números ya grabados.

Dulce Caída [TERMINADO] (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora