Capítulo 53. Adler

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Se supone que si alguien no contesta a ninguno de tus mensajes y tampoco te coge ni te devuelve las llamadas —durante días, además—, te está diciendo que no quiere saber nada más de ti. Estés o no de acuerdo con eso, es claro y contundente. Así que no, no debería girar la cabeza y buscarla entre los presentes, pero al final la tentación es demasiado grande y me dejo llevar.

Heather no ha salido de la habitación.

Mi hermana... Incesto... Mierda.

No puedo ocultar lo que he hecho, no debería desearla, no obstante, lo hago... ¿Eso en qué me convierte? No solo ella es menor, además toda esta situación que pasa entre nosotros está contra la ley; nos enviarían a prisión.

Estoy teniendo dificultades para respirar de repente, como si mi garganta se obstruyera.

Heather y yo jamás podremos estar juntos.

—Adler —la voz de padre es fría.

Bajo el móvil de entre mis manos y lo miro.

—Heather tiene que firmar —murmulla Wyde—. ¿Por qué no os dejáis de mierdas y ya?

—¿Sabes lo que significa esto? —explota padre, dejando un papel sobre la encimera.

Lo miro por encima y me encojo de hombros.

—Resultados de la sangre.

Wyde se ríe mientras coge el papel y levanta la mirada.

—JÁ, alguien va a ser padre pronto... El niño os va a salir turulato, quizás bizco... ¿Tú qué serías del niño, papá? —Gira la cabeza hacia padre—. ¿El abuelo o el padre? Porque, bueno, todos saben que eres el padre de Heather, pero si Heather tiene un crío, tendría que ser tu nieto, aunque si has sido quien la embarazó, también podrías ser el padr...

—¡¿Te puedes callar?! —grita, otra vez, padre.

Mis músculos se tensan.

—¿Heather está embarazada? —pregunto.

Padre me coge del hombro y me acerca a él, casi como sintiera la necesidad de abofetearme.

—¿Que Hearth qué? —suena otra voz.

Wyde y Trevor intercambian una mirada seria y, a continuación, Trevor maldice. Padre me suelta y aprovecho para leer la prueba de sangre, sintiendo como Wyde silba ante el enfrentamiento de nuestro progenitor y el gemelo.

—¿Dónde cojones has estado? —gruñe—. ¡Te estuve llamando!

Trevor entrecierra los ojos y suelta un bufido, encarándose, situación en la que me veo en la obligación de intervenir.

Me coloco entre los dos y empujo a mi hermano hacia atrás.

—Tranquilízate, por dios.

—Y la virgen de la paloma blanca apareció —exclama Wyde, sentando su trasero en la isla y apoyando sus blancas zapatillas sobre el mármol—. ¿Algo que declarar?

Heather no me mira en el momento en el que entra en la cocina, siquiera cuando la busco. Toco su mano, pero ella se echa hacia atrás, su espalda impactando en la nevera y, ese brillo momentáneo en sus ojos y que rápidamente desaparece, me destroza el alma.

Me enamoré de mi hermana... ¿Qué tan desastroso puede ser eso?

Levanto la vista hacia ella, hacia su mandíbula y sus labios carnosos, perfectos para besar o susurrarme que me ama. Unos ojos que encierran oscuras promesas y que no revelan nada, a menos que ella lo quiera.

Y la veo, la veo de verdad.

Es placer, también dolor. Paz y caos. Oscuridad y luz.

Es un reflejo de mí.

Mierda.

—¿Quién es el padre? —exige Cassian.

Trevor arruga la piel de su entrecejo y su mandíbula cae.

—¿El padre de quién? —interviene.

Heather levanta su cabeza y veo como lame su labio inferior. Sus dedos están recorriendo su cicatriz y, dios santo, quiero abrazarla...

Es mi hermana, no debería sentir cosas por ella.

No, no debería.

—Así que ya lo sabéis —articula, enmascarando el temblor de su voz—. No eres tú, Wyde, ya lo sabes y, y supongo que respiras en paz. Lástima que tu mellizo no pueda decir lo mismo —Tira su pelo para atrás y sé que aunque no me está observando, las palabras siguientes van hacia mi dirección—. Dios me salvase de tener un bebé procedente de ti... Es tuyo, Cassian... ¿O debería decir papá?

¿Dios? ¿Desde qué punto Heather menciona a dios?

Wyde se encoge de hombros y se ríe.

—Tiene gracia.

—Esto es un puto desastre —musita Trevor.

Todos estos días han sido un desastre, desde la aparición de la hermana de Heather hasta la vuelta de Trevor que, según tengo entendido, llevó a Leah a un centro de rehabilitación de drogas. Hacer entender a padre que su hijo se había ido por un asunto sin revelarlo, fue toda una absoluta odisea... Y no sé por qué, pero no creo en la veracidad de las palabras de Heather. Hay algo más que está ocultando.

Padre la mira y va directo a ella, sujetándola del cuello con su brazo. Tomo aire y cuando voy a apartarlo, hace ese gesto. Ese gesto con la mano, uniendo su dedo gordo con el anular.

¿Por qué todo luce tan extraño?

—¿Por qué iba a confiar en la palabra de una puta como tú?

La agarra de la barbilla.

—Todos somos presa de algún tipo de depredador —tose Heather—. Incluso los más fuertes... Algunos se pierden en el vicio, otros se matan a sí mismos por dentro solo para conseguir un objetivo lleno de frivolidad. Y tú, Cassian, ¿no te da asco mirarte en el espejo después de lo que hiciste? —Su mirada se mantiene fija, provocándolo—. Mataste a tu esposa, ¿y ahora también me matarás a mí y a tu hijo?

Su fiero discurso hace que me resulte imposible mantenerme en mi posición.

Mataste a tu esposa.

Mataste a tu esposa.

Padre no afloja su agarre, al contrario, lo aprieta todavía más, y es entonces cuando ella me mira. Sus mejillas están coloradas y ese jodido brillo... Heather es casi como un secreto mal guardado, porque si uno se acerca mucho a ella y presta atención, descubre que en el interior de sus ojos hace frío, y no porque ella esté helada, sino que se liberan batallas y puede oírse el rugido de la lluvia que anuncia todas sus tormentas. No hay palabras dulces que puedan mitigar el dolor, pero sí hay algo que puede hacerlo.

Me giro en la cocina y los dejo atrás, escuchando la respiración de Trevor a mis espaldas.

—Ella te ha dicho algo, Adler.

Mis pasos siguen por las escaleras y me detengo frente a su puerta. Sobre la cama está el libro que le di junto al post-it. Cogiéndolo, lo abro y leo lo que hay escrito. Mis fosas nasales se ensanchan y arrojándolo al suelo, miro a Trevor.

—¿Qué mierda? ¿Me dirás lo que pone? 

—¿Qué mierda? ¿Me dirás lo que pone? 

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Dulce Caída [TERMINADO] (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora