Capítulo 56. Heather

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—¿Qué infiernos haces aquí? —musito.

Se encoge de hombros, acercándose a mí. Lleva la ropa del internado, su cabello está extremadamente largo y hay costras en su rostro.

—Dos días después de que vinieran a por ti, Wyde apareció y mató a mis padres. Me hizo firmar, renunciando a mi herencia —solloza. Camina con una ligera cojera en su pierna derecha—. Y me llevó con él.

—¿Y Wyde? —Mira su reloj—. Se suponía que debíamos alzar el vuelo hace diez minutos. El tiempo no apremia.

—Padre, lleva en el avión desde antes de que entráramos nosotros.

—¿Estuviste en el avión? —inquiero.

—Me encerró en una cabina y perdí la noción del tiempo —responde, sorbiendo por la nariz—. Tengo que salir de aquí... No vamos a salir vivas, Heather... Vamos a morirnos.

Cojo sus manos y la arrastro hasta mi cuerpo para abrazarla.

—No, Leight, confía en mí. Saldremos con vida. —Acaricio su espalda—. Lo que no entiendo es... ¿Por qué a ti no te ha matado?

Tiembla.

—No lo sé... Viene cada noche aquí y me habla, me cuenta cosas y, dios mío, está enfermo.

Separo su cuerpo del mío, secando mis lágrimas.

—¿Qué te contó?

—Lo que le hacía su padre cuando era niño —responde, su voz entrecortándose—, y al principio decía que tú serías la nueva y mejor Brooke, pero después se deleitó contándome como te mataría por alejar a su hermano de él —suspira—. Él... Él mató a Sabrina...

Muerdo mi labio inferior, tratando de no desviar mi mirada.

—¿Te dijo por qué?

Sacude su cabeza en asentimiento.

—Ella se acostó una noche con Trevor y él creyó que el hijo de Sabri era de su hermano, pero no era así... Cuando le conté a mi papá sobre el embarazo, esa noticia llegó a los oídos de Wyde y, maldición, ellos la adoptaron —lloriquea—. Nunca pisó la casa... El señor Hunter se deshizo de los papeles de adopción y dejó que Wyde hiciera lo que quisiese con ella, siempre que ese retoño jamás naciera. Heather, todas las mujeres que se enamoraron de Trevor, acaban muertas... Me va a matar.

Paso mis dedos por su pelo, apartándolo de su cara. Sus ojos azules apenas son perceptibles. El parecido con ella es... demonios, asombroso.

—Ey... Leighton, no. No va a matarte... Y creo saber por qué no lo ha hecho todavía. —Alza su cara, su labio inferior temblando—. Le recuerdas a Brooke. A su madre. Por eso ha estado hablando todo este tiempo contigo. Saldremos con vida.

—¿Por qué ibas a ayudarme a salir después de que te hice la vida imposible?

—Todos somos presa de algún tipo de depredador —repito la frase que le dije a Cassian—. Ambas, por desgracia, hemos caído en el mismo y, oye —bromeo, dándole un golpecito en su hombro—, ni te creas que te vas a librar de una patada en tu trasero cuando estemos fuera de esta locura. Lo digo en serio.

Leighton sonríe y pasa el dorso de su mano por la nariz.

—Gracias, Heather.

Alzo mis hombros y exhalo.

—Una vez fuimos amigas, —Entrecierro mis ojos—. eso no se olvida, ¿sabes?

—¿Heather?

—Adler —Giro sobre mis pies a la puerta—. ¿Dónde está Wyde?

Dulce Caída [TERMINADO] (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora