XXVIII: "Bien".

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En Junio se siente el calor de sobra

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En Junio se siente el calor de sobra. Es picante, sofocante y nada bueno al igual que la situación que estaba pasando ese preciso momento frente a mí que trataba de no mirar a la parejita discutiendo como gatos, incluso parecían niños chiquitos discutiendo cuando todo era un desastre.

La situación era esta: Finn y Nathan se habían ido al psiquiátrico donde estaba la chica de Nathan porque Finn había insistido mucho en conocerla y por fin Nathan había accedido, luego Finn había regresado llorando y yo lo encontré fuera de un establecimiento de nadadores, me había contado la mitad de la situación de la cual no había entendido mucho excepto un “él le dijo bonita, me ignoró durante toda la visita y ella ni se percató de que estaba ahí y besó a mi chico en frente de mí, ¿cómo quieres que me sienta?” dicho en una voz demasiado quebrada y con todo y mocos tendidos. Luego la situación se tornó rara cuando el chico que casi se come a Finn con la mirada hace un tiempo atrás cuando él y Nathan estaban peleados, salió del establecimiento y nos vio, nos pidió disculpas y después al ver a Finn llorando, le dijo “hey, ojos de mar, no llores, por cualquiera que sea la situación, espero que todo se solucione” y le había palmado la mejilla, que en realidad pareció una caricia y entonces el lobo apareció.

Nathan había llegado de la nada y vaya, la situación no era muy cómoda definitivamente y vio a un Finn con los ojos llorosos y con las mejillas un poco sonrojadas ante la caricia y el chico que tenía una sonrisa ahora tenía una mueca de dolor al haber sido golpeado por el lobo feroz y entonces Finn se puso como un energúmeno, se interpuso entre el sujeto que tendría una mancha oscura en su mejilla, y Nathan que estaba rugiendo y casi estaba desesperado por tener a la pequeña ovejita entre sus brazos con todo y marcas. Casi parecía un alfa reclamando a su omega.

Y entonces, todo empezó con un: —¿¡Qué te pasa!?

Seguido de un—: ¿¡Qué, qué me pasa!? Me pasa como que lo que es mío está siendo tocado por alguien de deseos impuros, y encima lo que es mío se sonroja como una estúpida—Ok, eso era tremendamente posesivo y tonto, al  parecer no fui el único  que lo pensó porque en cada palabra, el ojizarco se enojaba más—, colegiala enamorada de su crush y eso me llegó hasta las malditas venas porque eres mío Finn.

Palabras de miel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora