VII: "Ojos verdes, Taylor Swift y dos edificios "

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Finn se encontraba hablando de algo de lo que sólo pude rescatar tres palabras: un chico odioso

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Finn se encontraba hablando de algo de lo que sólo pude rescatar tres palabras: un chico odioso. Visualicé como su respiración se aceleraba mientras yo me dedicaba a husmear entre la ropa del closet un conjunto normal para salir y no ser tan exagerado. De algún momento a otro, las mejillas de Finn tomaron color cuando mencionó algo parecido a "intenta seducirme" a lo que dejé de prestar atención concreta a la ropa desparramada alrededor de toda la habitación y me concentraba exclusivamente en él con una ceja alzada.

—¿Quién intenta seducirte?—inquirí, sacando por fin una camisa lisa negra y unos jeans azules.

—Se llama Nathan...—Rodó los ojos mientras tomaba unos calcetines de bolitas de panda que nunca en mi vida había visto—. ¿Qué hace esto acá? —Rio con dulzura.

—No le des importancia—Me sonrojé tomando unas botas, un par de botines y un par de vans con una duda existencial completa de qué ponerme—. Entonces...¿quién es Nathan?

Por un momento sus mejillas se colorearon con un suave matiz rosáceo que era peculiar aquel color por el resultado tan adorable que obtenía en sí. Finn empezó a jugar con sus dedos involuntariamente y suspiró tumbándose sobre mi cama mientras se cubría su rostro con sus pequeñas manos.

—Es un chico de tercero, igual... Va en mi clase de piano y tiene una voz muy bonita pero casi no la utiliza a comparación del piano—susurró avergonzado al punto de casi no oírle claramente su mensaje—, pero, es un chico muy pedante y siempre te contesta mal sin disimular su contrariedad y me ofende en ocasiones aunque en otras le da un doble significado a la oración y es tan vergonzoso porque siento mis mejillas calientes y él se burla de mí apretándomelas y yo me sonrojo aun más y...—Confesó apresurado para finalmente voltearse boca abajo y hundir la cabeza en la almohada en forma de Tazmania.

El enorme corazón de Finn a comparación de su cuerpo se ceñía alrededor de aquella existencia como lo era Nathan y esta fue la primera vez en la que me habló de él y que después seguirían como tema en común para conversar y reírnos.

—Ay mi vida—Esbocé una ligera sonrisa viendo cómo los colores se le subían a Finn hasta sus pequeñas orejas y podía compararse con su suéter rojo que era inclusive más grande que su propio torso—. Oye, ¿quieres cambiar? Vino por azul, la elección es tuya—Él asintió suavemente dejando que su cabello castaño se alborotara.

Palabras de miel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora