Palabras de miel.

XXXIV: "Sinceridad en una burbuja rota".

La voz al otro lado del teléfono seguía hablando mierdas de mi persona, me criticaba y empezaba a ser realmente molesto escucharla proferir demasiados insultos hacia mí. Estaba en altavoz y me arrepentí de haber aceptado aquella llamada porque con cada palabra mi ira se iba incrementando cada vez más. Las palabras crueles, peor que navajas, se insertaban en mi cabeza casi al instante, ella simplemente había comenzado a decir esas palabras en cuando descolgué. Y estaba solo, que era lo peor de todo por lo que me estaba afectando realmente lo que la señora al otro lado estaba vociferando.

—¡No voy a admitir que estés con mi hijo después de lo que le hiciste pasar! ¡Bajó de peso por tu culpa, eres un bastardo, un inútil, un mocoso que apenas se sabrá limpiar el culo y no le llega a los talones a mi bebé, eres como una ramera, no quisiera que le pegaras a mi hijo el...—Y quité el altavoz, sintiendo la continuación de aquellas palabras y acostándome en mi propia cama, sollozando y sintiéndome humillado cuando yo no llegaba en primer lugar a esas características. Su voz afilada era como un veneno mortal, se impregnaba hasta en lo más profundo que mi cabeza podía albergar.

—Escuche... señora—Tomé un suspiro y la mujer calló—. Yo amo a su hijo, las parejas suelen pelear, no todo es color rosa, a veces las dudas están en tu cabeza merodeando por allí. Lo cierto es que esta vez no fue mi culpa esta discusión, en el desarrollo tal vez si fue mi culpa pero todo lo ocasionado fue algo muy idiota, de lo que ninguno de los dos tenemos nada que ver. En esta vida tenemos que saber confiar en al menos alguien, y está bien que Liam no lo haya hecho porque ni yo confío en mí mismo, y es la verdad. Mi cabeza está llena de muchos líos pero lo que jamás va a ser un lío es el que esté enamorado de su hijo, que es como un ángel maravilloso a mis ojos. Está en su derecho de reclamar, porque usted solo se preocupa de su hijo, pero también podría tener algo de respeto por mí, que soy la mitad de sus años; es algo inmaduro e injusto que me esté acusando por algo que ya se solucionó. No voy a romper con Liam Belzer y tal vez no sea lo suficientemente bueno, tal vez no lo merezca y mi vida es un desastre, pero no lo puedo cambiar. Usted no tiene el derecho de meterse en la relación que su hijo y yo sostengamos, no soy la mejor persona pero puedo hacer que sonría con los lindos pliegues y eso es todo lo que puedo hacer además de amarlo con todo mi corazón, lo siento por el incidente pero le pido que por favor no vuelva a marcar este número, señora.