Enamorarte de unas palabras es fácil. No, en serio es terriblemente fácil y más para Ian Hargitay.
El responsable es Liam Belzer.
Pero no sólo serán palabras de miel las que enamoren a ambos, también serán los actos que hagan participe el otro.
"...
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—Te ves bien, Finn—Lo halagó el chico castaño, alisando el cuello del frac negro. A un lado, un rubio asentía mientras atendía el teléfono entre risas. El ojiazul estaba temblando mientras el chico castaño le arreglaba la parte de atrás y enderezaba el moño crema—. ¿De qué te asustas? Esto era lo que más deseabas desde hace, ¿ocho años, once? Nathan se va a quedar maravillado por tu aspecto, Finn... Bueno, siempre lo hace pero está vez te va a querer arrancar ese frac y hacértelo frente al cura.
—Ian, por favor...—Rio, musitando algo en voz baja que no se logró entender—. No estoy asustado—respondió el hombre ojiazul—. Estoy nervioso, en realidad... No sé como voy a reaccionar cuando vea a Nathan allá en el altar, se verá realmente guapo. Jesús, ¿y si soy torpe y me caigo? Ian, estoy tan nervioso que mi estómago pesa y voy a estallar.
Liam negó, sonriendo y entonces la puerta se abrió de pronto revelando a una alta figura que enseguida fue expulsada por Liam, quien gruñía un: "¡No puedes ver al novio, es de mala suerte!" Y entonces le cerró la puerta de la habitación en la cara. Nathan refunfuñó, y entonces se apoyó en la puerta, pensando en los nervios que debía sentir el pequeño, quien era su principal motivo para estar allí.
—Hola, lindo ángel—Saludó con una sonrisa que su nene no podría ver—. Solo venía a que no pensaras en cosas absurdas—Elevó la voz—. En dos horas nos casamos, ¿no te parece maravilloso? Estarás tu frente a mí en el altar, nos tomaremos de las manos como siempre y entonces estaremos solo tú y yo, ah y el cura, claro—Y los invitados—. Pero el caso es que entonces tú y yo estaremos juntos en un lazo matrimonial, yo diré mis votos y tú los tuyos, eso es lo que más me emociona a decir verdad porque tú eres una persona muy dulce y se que me harás querer llorar—Rio, queriendo abrazar a su prometido—. Tu no te debes preocupar si algo sale mal porque solo están nuestros amigos y papás, solo debes hacer que este momento sea especial para ti, ¿si? Yo estoy realmente feliz de estar casándome contigo, mejillas de bebé—confesó, risueño—. Hay muchas razones pero esas las diré después cuando estés mirándome con esos dulces ojitos azules y estés sonrojado, casi a punto de llorar, yo besaré tu mano mientras te entrego mi corazón junto a un anillo y tu me entregarás tu corazón de la misma manera. Eres la cosita más linda que he tenido el placer de ver, por lo que siéntete bien con ello, Finny, eres el hombre por el que suspiro cada noche y estoy profundamente enamorado de ti—Nathan elevó la mirada al cielo, comparándolo a los cerúleos de su novio—. Así que... Toma un respiro con esos suaves labios rosáceos y piensa en mí, sólo piensa en mí y yo sólo pensaré en ti. Te amo, dulce bebé.