Tú y las 4 paredes de tu cuarto sabéis de sobra qué se siente.
Te sientes solx, hundidx.
No sabes a quién recurrir porqué realmente no sabes quién está y quién dejó de estar.
Rodeadx de gente pero sintiéndote completamente fuera de lugar, incluso de vez en cuando sintiéndote marginal respecto a los demás componentes de tu grupo de amistades.Sientes el barullo de la gente a tu al rededor pero a la vez sólo escuchas a tu mente machacándose a sí misma con miles de pensamientos intrusivos.
La gente intenta traerte de vuelta a la conversación pero tú sólo piensas en que igual sólo son tus amigos por mero compromiso.Llegas a casa y el vacío se hace mayor cuando sientes que realmente mamá y papá no te escuchan como tú lo harías, ni están para tus problemas como tú has estado para los de los demás.
¿Porqué yo no pero los demás sí?
Es un constante va y ven que ronda por tu enorme cabecita.
Comparaciones, inseguridades, complejos...
Dolorosos y poderosos pensamientos haciendo que te oscurezcas y sólo quieras estar como inicialmente, contigo mismx y con las 4 paredes de tu cuarto.Ahí, en ese preciso momento sientes el abandono.
Tus traumas, que antes eran pensamientos rondantes de tu cabeza se transforman en enormes monstruos al rededor de tu cama.
Si tienes las suficientes fuerzas, luchas contra ellos en una batalla de la cual saldrás victoriosx, pero ¿qué pasa si no es así?, ¿qué pasa si no tengo las suficientes fuerzas o ganas como para luchar?
En ese caso ¿qué pasaría conmigo?
ESTÁS LEYENDO
Huellas de una adolescente
Teen FictionEn este libro de textos, algunos más breves que otros, hablo sobre el dolor, el amor, sensaciones y sentimientos que sentimos todos a lo largo de nuestra adolescencia y algunas reflexiones que he ido escribiendo según las experiencias y el paso del...