Yo sé lo que es despedirse de una piel a la que estabas acostumbrado, tener que despedirte de cada lunar que habita en ella.
Sé lo que es despedirse cuándo no quieres irte.
Sé lo que es hacerlo cuándo lo único que quieres es decirle adiós.
Cuándo el único recurso que te queda es aferrarte a cada lunar y cicatriz para que ese recuerdo no se desvanezca del todo.Sé de dolores que queman tanto que te hacen arder el alma hasta el punto de sentirte completamente frío.
Y también qué el dolor que más nos destroza es tener que despedirte de una piel que es necesaria para la tuya.Sé que aunque se diga que uno muere cuándo el corazón propio deja de latir, no es realmente cierto.
Puedes sentirte muerto aunque sigas caminando, yendo a trabajar o a clase, aunque sigas continuando simplemente con tu vida.No siempre hace falta que el corazón deje de latir para sentirse muerto y morir.
En ocasiones, es suficiente la ausencia de una piel, de esa piel que encaja perfectamente con la tuya, de ese corazón que se sincroniza, tu ritmo cardíaco con el tuyo; para acabar contigo, conmigo.
Cualquier persona desde el primer momento que se atreve a llenarse de valentía y querer a una persona, se arriesga que se le pueda arrebatar hasta su último aliento con una simple palabra, frase, mirada o falta de interés o atención.
El amor es para valientes, es para esas personas que se atreven a querer a una piel sin importar su pasado, sus imperfecciones, sus cicatrices, sus heridas, su esencia.
El amor es para ti, para mí, para él y para ella.
El amor es para nosotros, valientes de amar sin importar las consecuencias.
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Huellas de una adolescente
JugendliteraturEn este libro de textos, algunos más breves que otros, hablo sobre el dolor, el amor, sensaciones y sentimientos que sentimos todos a lo largo de nuestra adolescencia y algunas reflexiones que he ido escribiendo según las experiencias y el paso del...