Nos equivocamos cuándo guardamos todo dentro.Cuándo para no hacer daño a los demás nos lo hacemos a nosotros mismos, callándonos y acumulando frustración, estrés, rabia e impotencia.
Porque nos olvidamos de que el cuerpo es el campo de batalla de nuestras emociones y sentimientos.
Nuestro cuerpo y nuestras células obedecen a nuestra psicología, por eso es más fácil enfermarnos por el dolor del alma y de lo que callamos día a día.
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Huellas de una adolescente
Teen FictionEn este libro de textos, algunos más breves que otros, hablo sobre el dolor, el amor, sensaciones y sentimientos que sentimos todos a lo largo de nuestra adolescencia y algunas reflexiones que he ido escribiendo según las experiencias y el paso del...