80. Diciembre

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Un mes de abrirle las puertas a un nuevo año y con ello cerrarlas al anterior.

Me gustaría hacer este texto un poquito más especial y más personal.

Este año ha sido un año duro.

Enero comenzó con un periodo de paz tras mucha guerra, acababa de pasar el peor año de mi vida y aún seguía recuperándome de ello.

Febrero, fiesta y celebración, pues fue mi cumpleaños.

Marzo, un nuevo amor.
No lo había descubierto ese mes, pues esa historia de amor fue un poco enrevesada pero eso lo dejamos para otro texto.

Abril y Mayo me llenaron de alegría, amistades y momentos.

Junio, mes de despedidas.
El curso terminaba y había que despedirse de algunos profesores que se irían y compañeros que ya no estarían compartiendo miradas cómplices con los demás en la misma habitación.
Se me hizo duro, me rompieron el corazón y me dejaron hecha un matojo de inseguridades y miedos.
De ahí naciste tú, mi pequeña creación.
Estas hojas que ahora mismo tú, querido o querida lector o lectora estás leyendo en este instante.

Junio fue un mes de aprendizaje, lloré, reí, aprendí a que las despedidas duelen pero también enseñan y recuperé personas que ahora son mi otra mitad.
Julio fue un descontrol y un periodo de sanación.

Agosto, mi querido agosto.
Me faltaba la persona más importante de mi vida, estaba en otro continente.
Conocí a mi compañero de vida, locuras, viajes y risas.
A tí mi pequeño gran descubrimiento, porque te di una rosa con espinas y abrazaste las espinas hasta que dejaron de doler.

Compartí momentos muy especiales con mi gente y eso lo hace uno de los meses más bonitos.

Septiembre, vuelta a clase. Comienzo del último curso de la ESO, nervios e ilusión.

Octubre y Noviembre, meses llenos de experiencias pero también de bajadas y subidas, enfrentarme a heridas de amores pasados, cara a cara con palabras que dolieron...

Diciembre, salió de nuevo el sol y con ello está versión de mí que tanto os gusta a todos.

Gracias, sólo me queda darte las gracias querido año. Por ayudarme a sanar, aprender, coincidir y despedirme de personas que quería que fueran eternas.

Gracias por ponerme esas personas que me hacen la vida mucho más dulce y porque gracias a tí, querido 2022, he crecido no sólo cumpliendo años si no también sacando la mejor de las mejores versiones de mí.

Huellas de una adolescente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora