96. Desconocidos

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Si lo pienso, sí, te echo de menos.

Echo de menos nuestras risas, nuestras bromas, las llamadas hasta las tantas de la madrugada...
Pero también echo de menos esas charlas en las que sacaba los sentimientos a flor de piel aún sabiendo lo que se me iba a venir encima.

En ese instante todo se volvió a sentir cómo antes, hasta que choqué de nuevo con la realidad y recordé que ya no hablamos, ni sé qué comiste ayer o como están tus hermanos.

Me duele ver que nos perdimos el uno al otro con nuestras tonterías y que ya no hay ese nada que era tanto.

Ahora me conformo con pasar por tu lado y ver a un desconocido, un desconocido al que conozco sumamente bien.

Huellas de una adolescente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora