Vivimos la vida muy rápido, sin pausa.Podría pegarte ese sermón de que no nos detenemos a ver la suerte que tenemos de levantarnos todos los días, de tener salud, de poder estudiar, bla bla bla...
Realmente ese sermón tiene razón pero personalmente estoy cansada de oírlo.
Sí, tenemos mucha suerte de poder hacer todas esas cosas todos los días, pero yo, querido lector o lectora soy adolescente al igual que tú y sé que realmente eso no te hace replantearte nada.Por ello, te traigo mi propio sermón lleno de verdades cómo puños y razones cómo escuelas :
Vivimos muy rápido, a penas nos paramos a pensar en sí lo que estoy haciendo o la decisión que estoy tomando está bien, no disfrutamos realmente los momentos con nuestros amigos, pareja, mascota, familia...¿Qué pasaría si ahora te dijera que quizás hoy es tu último día?
Exacto. Lo aprovecharías al máximo viendo a todos tus amigos, jugando con tu mascota, abrazando a tus padres y abuelos y diciendo lo mucho que los quieres.¿Porqué esperarnos a que llegue ese momento?
Si algo he aprendido del tiempo es que pasa muy rápido, y que sólo una vez en la vida vivimos la adolescencia.Vive cada momento cómo si fuera tu último aliento, arriésgate, dile a esa chica o chico que te encanta y que le admiras en secreto, dile a tus abuelos lo mucho que los amas, ríe, llora, besa, canta, baila.
Hazlo todo pero no pienses en qué puedes dejar para mañana porque llegará un día que no habrá mañana.La clave es vivir cada momento como si fuera el último.
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Huellas de una adolescente
Teen FictionEn este libro de textos, algunos más breves que otros, hablo sobre el dolor, el amor, sensaciones y sentimientos que sentimos todos a lo largo de nuestra adolescencia y algunas reflexiones que he ido escribiendo según las experiencias y el paso del...