Me siento en casa.
Esa sonrisa me hace feliz y su familia aún más.
He ganado un padre, una madre y una hermana, he ganado sonrisas, cariño y momentos.He perdido muchas cosas en esta vida, pero conoceros ha sido la mejor de las victorias.
Os estoy eternamente agradecida por vuestra hospitalidad, hacerme sentir una más e incluirme en todos y cada uno de vuestros planes, por abrirme las puertas de vuestra casa sin importar la hora o el día, escucharme y abrazarme cuando el mundo se me desmoronaba. Y muchas otras más cosas que habéis hecho por mí y seguís haciendo.
Me habéis enseñado qué es una familia y que aunque yo ya tenía una de fábrica, hay familia que también se puede elegir a lo largo de la vida.
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Huellas de una adolescente
Teen FictionEn este libro de textos, algunos más breves que otros, hablo sobre el dolor, el amor, sensaciones y sentimientos que sentimos todos a lo largo de nuestra adolescencia y algunas reflexiones que he ido escribiendo según las experiencias y el paso del...