56. Felicidad fingida

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Finjo, como el noventa por ciento de adolescentes y personas.

Finjo estar bien, sacar una sonrisa y ser feliz.

Finjo mi felicidad frente a todo lo que pasa en mi vida mientras intento, en las sombras de mi cuarto, organizarla e intentar alcanzar la felicidad de nuevo.

Ya no recuerdo lo que es ser feliz de verdad, lo que es quedar con tus amigos y soltar risas verdaderas de esas que te duele el estómago y la cara después de quedarte sin aire, no sé lo que es llorar de felicidad pues lloro siempre de pena, nostalgia, tristeza y dolor; no recuerdo lo que es mirar a esa extraña del espejo y verla sonreír, reír, mirarse y quererse a sí misma.

Llevo tanto tiempo fingiendo ser feliz que ya no recuerdo cómo es serlo.

Huellas de una adolescente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora