Finjo, como el noventa por ciento de adolescentes y personas.
Finjo estar bien, sacar una sonrisa y ser feliz.
Finjo mi felicidad frente a todo lo que pasa en mi vida mientras intento, en las sombras de mi cuarto, organizarla e intentar alcanzar la felicidad de nuevo.
Ya no recuerdo lo que es ser feliz de verdad, lo que es quedar con tus amigos y soltar risas verdaderas de esas que te duele el estómago y la cara después de quedarte sin aire, no sé lo que es llorar de felicidad pues lloro siempre de pena, nostalgia, tristeza y dolor; no recuerdo lo que es mirar a esa extraña del espejo y verla sonreír, reír, mirarse y quererse a sí misma.
Llevo tanto tiempo fingiendo ser feliz que ya no recuerdo cómo es serlo.
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Huellas de una adolescente
Teen FictionEn este libro de textos, algunos más breves que otros, hablo sobre el dolor, el amor, sensaciones y sentimientos que sentimos todos a lo largo de nuestra adolescencia y algunas reflexiones que he ido escribiendo según las experiencias y el paso del...