20. Cada noche

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De madrugada, mientras mis pesadillas me atormentan y no me dejan dormir me gusta imaginarle tumbado en mi pecho.
Mientras tanto, acaricio en mi mente cada parte de su cuerpo, deteniéndome en cada lunar.

Trazo pequeñas líneas entre los lunares de su cuerpo con mi tinta invisible hecha de admiración y adoración, viendo a mi obra de arte llena de constelaciones y palabras sueltas que dejo escritas de forma permanente en su piel.
Ya que al finalizar de recorrer su cuerpo, dejo mi huella con mis besos.

Huellas de una adolescente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora