Capítulo 8.

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"The moon"

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"The moon"

El chico se sentía demasiado cansado para ser real. Y la verdad es que tenía un pésimo aspecto. Se podría decir que Remus y Atenea intercambiaron papeles, él divagaba mientras ella prestaba atención, el primero tenía una buena razón que pocos sabían. No quería chillar a los cuatro vientos que era un licántropo. Un monstruo según él, aunque sus amigos trataban de decirle que no era verdad, decidía aferrarse ante esa idea.

De un momento a otro, el mismo se durmió, McGonagall, la profesora que tenían en ese momento no le decía nada, pero tenía la mirada de una curiosa rubia. Los adolescentes se sentaban juntos, ya era una especie de tradición que la del pelo revuelto se sentase con los Merodeadores. Empezaba a ser divertido pasar tiempo con estos.

—¿Lupin? —dijo moviendo al castaño levemente y con cuidado cuando la clase finalizó—

Él solo se movió.

—Rem. —repitió elevando la voz y moviendo más bruscamente—

Finalmente se despertó, tallándose los ojos.

—Buenos días. —bromeó—

Los demás alumnos aún recogían para luego irse.

La miró. Tenía una radiante sonrisa en sus labios. Se preguntaba como era posible que pudiera sonreír tanto, pero cuando llegaban sus amigos esa sonrisa se le iba. No entendía esa extraña relación que tenía con ellos, pero no le afectaba mucho.

—Hola. —dijo cansado y con un tono más serio de lo que quería—

—¿Estás bien? —estaba notoriamente preocupada, eso hizo que él frunciera el ceño—

—Si. —recogía sus cosas—

—Bien, no te molestaré más. —ahora tenía una sonrisa un poco triste mientras se ponía su mochila con mucha confusión en su rostro—

Pero cuando se iba a levantar e irse, él fue más rápido, dejando a una chica muy confundida, ya tenía muchas cosas en la cabeza, y una más resultaba agotador, pero ahí estaba.

Mientras, él trataba de ignorar a sus amigos o simplemente les contestaba mal. Estaba agotado, no estaba para bromas. Dentro de unas horas era luna llena y estaba aterrorizado, como cada mes. Y para añadir más cosas, sabia que había sido demasiado borde con alguien que le trataba de ayudar, haciendo así que cerrara los ojos con frustración.

Iba a las demás clases, se dormía o simplemente se iba y ya esta. Esa era su rutina por cada luna llena, y esa no era la excepción.

Tampoco comía nada y no prestaba atención a las conversaciones de sus amigos. Solo quería dormir y que su maldición pudiera tener una cura siendo aún así muy consciente que no había ninguna.

Lily leía cientos de libros sobre licántropos, tenía la duda de que su mejor amigo era uno de esos, y esa misma noche lo descubriría. 

—Vamos, lunático. ¡Anímate!

ʟᴏᴠᴇʀ - ʀᴇᴍᴜꜱ ʟᴜᴘɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora