Conocía a los Merodeadores, y realmente no sé llevaba bien con ellos pero, ¿quién diría que gracias al profesor Slughorn sería parte de los Merodeadores? ¿Quién diría que gracias a este profesor, ella acabaría totalmente enamorada del castaño con ex...
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"My daughter"
Las semanas fueron igual de rápidas que el viento que había en ese momento.
Volvían de vuelta a casa.
Nada fue interesante en ese periodo de tiempo, los merodeadores estaban secos de ideas, la rubia investigaba olores de estudiantes que coincidieran con los que Sirius le dijo ella y Remus estaban en su mejor momento como pareja, la rubia y los pelinegros cada vez parecían más hermanos, con el rubio estaba igual o mejor que siempre, el dúo de la ojiverde y la ojimarron cada día era más fuerte, y su pequeño grupo de amigas, estaba mejor que nunca.
Realmente todo iba mejor de lo que creía.
Mentiría si dijera que no estaba nerviosa, pero no sabía exactamente por qué. Por algún motivo sintió que algo iría mal, ¿el qué? No lo sabía.
Los cinco estaban en el tren, en su vagón de siempre. Ella tenía la cabeza apoyada en el castaño, los dos leían, mientras que los otros tres planeaban —o intentaban— alguna broma.
—Esto es absurdo, somos los mayores bromistas de nuestra generación, es imposible que nos pase esto a nosotros.
—Acéptalo, James, se os han ido los años de oro.
—¡Me niego!
—Lo único que podríamos hacer es abrirles las ventanas de la habitación de Snape y a su ejército.
Se quedaron en silencio. El castaño levantó la mirada al hacerlo, vio como los tres se miraban entre sí divertidos.
La del pelo rizado, no tardó en hacer lo mismo.
—Era broma. Lo decía por decir.
—Por eso eres la cabeza del grupo.
—No lo haremos. —se separó un poco de su novio—
—Claro que lo haremos.
—¡No!
—¿Por qué no? Son unos idiotas.
—Lo son, pero nos meteremos en un gran lío.
—Es nuestra especialidad, querida.
Entonces ella se quedó pensando, ladeó la cabeza cuando se dio cuneta que no era tan mala idea.
—Nea...
—Será divertido. —le miró con una sonrisa— Vamos, Rem, anímate.
—Eso, lunático, hazle caso a tu novia.
Miró a los cuatro.
—No será lo peor que hemos hecho o haremos. —dijo ella—
