"You're alright"
La rubia dormía profundamente y tranquila.
Despertó cuando un rayo de luz le dió directamente en la cara. Se quejó tallándose los ojos.
Cuando se giró para buscar a Remus, no estaba. Se sentó en la cama y no había nadie en la habitación.
Suspiró yendo a su habitación cuando se despertó. Al entrar tampoco había nadie. Se duchó y arregló para luego darles un beso a sus mascotas y darles de comer.
Bajó al gran comedor para desayunar algo y esperarse a sus amigos ahí, pero no estaban ninguno de ellos.
Ni los merodeadores, las chicas, Regulus o Pandora. Frunció el ceño. Comió una tostada tomándose un café y fue al lago negro.
La noche anterior anunciaron que no habría clases debido a los inconvenientes que hay últimamente con Voldemort.
Se sentó debajo del árbol luego de soltar un largo suspiro. Apoyó su cabeza al tronco para respirar hondo todo el aire puro y fresco que había, cerrando los ojos en el proceso. Cuando terminó, abrió la libreta para escribir en ella.
Después de estar ahí dos horas, volvió a la sala común, simplemente porque la nieve empezó a caer.
Se sentó en un sofá en frente de la chimenea.
No era muy fan de su cumpleaños, pero gracias a ellos la cosa mejoró. No quería pensar mal, pero no podía evitarlo, era una chica la cual sobre pensaba demasiado y si se dejaba sola durante más de una hora y no hacía nada, probablemente le dé vueltas al pasado. Era lo que le ocurría en ese preciso instante. Estaba escribiendo, pero se cansó.
Miraba las llamas mientras los flashbacks de la repentina y horrible muerte de su tía llegaron.
La imagen de ella de niña mientras lloraba suplicando a la mayor que no lo hiciera, la nublaron.
La reacción de su tío al ver a la mujer que según él amaba en el suelo encima de un gran charco de sangre, con ella al lado intentando cubrir las puñaladas que ella misma se dió.
No sé dió cuenta en el momento en el que su pierna tembló sin parar, su respiración era acelerada y lágrimas caían por doquier.
—Cariño. —la llamaron—
Ella giró su cabeza rápidamente. Volvió su vista al fuego al ver rápidamente al castaño.
—Ven. —le cogió de la mano levantándola llevándola a la habitación—
Cerró la puerta, y cuando eso ocurrió, soltó un sollozo detrás de otro. Se cogió la camiseta con rabia mientras lloraba más y suplicaba en su mente calmarse, aunque no podía.
Se sentó en la cama. Le dolía mucho el pecho y no paraba de temblar.
Eso era digno de un ataque de ansiedad. Uno después de hacía casi un año.
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ʟᴏᴠᴇʀ - ʀᴇᴍᴜꜱ ʟᴜᴘɪɴ
RandomConocía a los Merodeadores, y realmente no sé llevaba bien con ellos pero, ¿quién diría que gracias al profesor Slughorn sería parte de los Merodeadores? ¿Quién diría que gracias a este profesor, ella acabaría totalmente enamorada del castaño con ex...