Conocía a los Merodeadores, y realmente no sé llevaba bien con ellos pero, ¿quién diría que gracias al profesor Slughorn sería parte de los Merodeadores? ¿Quién diría que gracias a este profesor, ella acabaría totalmente enamorada del castaño con ex...
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"The talk"
Aunque lo intentó, durante todas las clases no pudo quitar ojo a cierta rubia. Siempre le pasaba, pero ese día, por alguna razón le pasaba más seguido.
Cada uno hablaba con su respectivo grupo.
—¿Por qué Remus hoy te ha mirado más que de costumbre?
—No lo ha hecho.
—Lo está haciendo ahora mismo.
Rodó los ojos girándose, encontrándose con el chico.
Se puso roja al instante, y le mandó una sonrisa.
Él asintió con la cabeza en forma de saludo mientras una mano estaba en su bolsillo y la otra en la cuerda de la mochila que llevaba colgada de un solo hombro.
—Ahora vuelvo. —les dijo a sus amigas—
Se giró dirigiéndose a los chicos.
—¡Ate!
—Hola. —rio ante el entusiasmo que siempre ponían cuando la veían— Rem, ¿podemos hablar?
Los chicos se miraron. Notaron el cambio de "Remus" a "Rem". Quizás para otros no era mucho, pero ellos bien sabían que significaba mucho.
Ambos se dirigieron al lago negro en un silencio cómodo. De vez en cuando se miraban, pero poco más.
Llegaron y se sentaron. La nieve seguía ahí, aunque o tanta. Estaban ya en febrero, diez de febrero para ser exactos. Habían dejado que pasasen un par de días para que pudieran pensar.
—Bueno...
—El beso...
—Los besos... —corrigió ella—
Asintió con una pequeña sonrisa.
—Han sido unas semanas largas para mí. —decidió hablar ella primera— Pero me han servido para pensar. He llegado a la conclusión de que he hiciste mucho daño. —él bajó la cabeza rascándose la nuca— Pero... Estaría dispuesta a volver a intentarlo si tú quieres y me aseguras un par de cosas. —no le miraba, sus ojos estaban en el lago negro—
—También han sido unas semanas difíciles. He sido un idiota y realmente no creía ni que me hablarías después de lo que hablamos cuando te enseñamos el mapa, pero lo hiciste, y me estás dando una segunda oportunidad. Una que creo que no merezco pero agradezco que me des, y con mucho gusto la cogeré. Estoy dispuesto a intentarlo de nuevo y a escuchar tus propuestas.
Ella sonrió.
—Vale... —suspiró para mirarle— Primero, quiero que me asegures que cuando te sientas inseguro, me avises. Sé que no es fácil, pero inténtalo. Quizás no te pueda ayudar, pero te daré soporte, soy muy buena en eso.
