Conocía a los Merodeadores, y realmente no sé llevaba bien con ellos pero, ¿quién diría que gracias al profesor Slughorn sería parte de los Merodeadores? ¿Quién diría que gracias a este profesor, ella acabaría totalmente enamorada del castaño con ex...
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"Finally home"
Oficialmente ya era 1976. La familia Lovegood no lo celebró, de hecho, nunca lo hacían, pero, por otro lado, los Potter, Pettigrew y Lupin se reunieron en la casa de la primera familia para celebrarlo a lo grande.
Invitaron a Atenea, pero ella se tuvo que negar.
Ahora volvían a King's Cross y había malas miradas por todos lados.
Walburga Black miraba mal a su primogénito, mientras su hijo pequeño buscaba con la mirada a su amiga. Esta, estaba discutiendo con su madre.
—Me tengo que ir.
—Más te vale que no me llegue ninguna estúpida carta con alguna de tus estúpidas travesuras. -dijo Jennifer apretándole el brazo para evitar que se vaya mientras la chica trataba de contener sus lágrimas-
Lily, alejada, miraba la escena con preocupación. No sabía sus problemas familiares y esa escena le impactó, estando acostumbrada al buen tracto de la mayor con la rubia. Eso se debía a que la señora Lovegood en público trataba a sus hijos por igual y respetuosa. En privado era más que evidente que eso no lo hacía y era la primera vez que esa "regla" que tenía ella, era rota.
Si las miradas mataran, seguramente ambas rubias ahora encaradas estarían muertas. Quizás más la mayor.
El resto de sus amigos, lograron ver la escena también preocupados.
—No quiero que te acerques a esa tal Atenea o Xenòfi, ¿entendido? —dijo Orión— ¿Entendido? —le apretó el hombro haciéndole daño—
—Si, padre.
—Tampoco le puedes mirar, no tengas ningún tipo de contacto con ellos.
El chico asintió. Pandora recibía las mismas obligaciones. Ninguno de los dos podían evitar mirar a su amiga de reojo.
Ahora las miradas de los padres de los amigos de la ojimarrón solo estaban en aquella terrible escena.
—Jennifer, nos están mirando. —dijo su esposo en un susurro para que solo ella le pudiera escuchar—
—Me da igual. —bajó la mano hasta el antebrazo apretando lo más que pudo—
Ella tuvo que contener un grito, ya que justamente le estaba apretando a una herida que la mayor le había hecho.
El menor de los Lovegood pudo ver como los Merodeadores estaban en alerta. De cierta manera le tranquilizó saber que su hermana tenía amigos que la protegían.
—¡Ate! —dijo Lily para luego abrazarle— Merlín, te he echado mucho de menos.
La chica sonrió teniendo que sacar su tan famosa máscara.
—Yo también, Lils.
Entrelazó su brazo con el de su mejor amiga.
—Tienes que contarme como ha ido tu Navidad. —dijo mientras caminaban y la rubia llevaba su pequeña maleta— Tenemos mucho de que hablar.
