Capítulo dieciocho

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[...]

Quien a ser traidor se inclina, tarde volverá en su acuerdo. (Tirso de Molina)

[...]

Solo silencio, silencio incómodo.

Carraspeos de vez en cuando para no hacer el ambiente tan pesado.

Dedos de manos entrelazados entre sí, esperando.

Los pocos privilegiados con relojes en sus muñecas, de vez en cuando ojeaban la hora.

Cuatro horas y media de retraso, pero como eran órdenes, debían permanecer ahí hasta que no se dijera lo contrario.

Todos estaban bastante tensos, erguidos en sus sillas, impacientes a la llegada del líder.

Sacudían sus rodillas y jugaban con sus pulgares.

Mientras que Zayn se reclinaba sobre la silla y mantenía sus gruesas botas manchadas de sangre y barro seco encima de la mesa, como si las confianzas hubieran sobrado siempre. Su cara era un poema, estaba molesto.

Y más le molestaba ver a todos aquellos lame culos esperar como un perro espera a su dueño. Ni tan solo una queja, ni tan solo un mísero suspiro de cansancio. Nada.

-¿No se suponía que tú novio había ido ido a buscarle?-Zayn ignoró la pregunta que se dirigía a él.

Levantó el mentón y recolocó su espalda entumecida en la silla.

-Mucho está tardando-Soltó depronto-Eres demasiado permisivo. Yo no confiaría demasiado en dejar a mi novio tanto tiempo solo con alguien como Louis. No sería difícil caer en la infidelidad con el dueño de todo esto.

Zayn abrió la boca, iba a soltar una pila de mierda encima de ese capullo. ¿Quién coño se creía para hablar así de su vida privada delante de todas esas personas?

-Y por eso mismo es que no se te acercan ni las moscas.-Sin embargo Jules, la única mujer de esa reunión, le quitó las palabras de la boca, incluso de una manera más elegante de lo que lo hubiera hecho Zayn.

Los labios de este se cerraron por inercia. Dirigió la vista a ambos.

El resto de personas dentro de aquel cuartucho de mala muerte observaron a los dos sujetos en silencio al igual que el pelinegro lo hacía.

-¿Y tú que sabrás pedazo de guarra?. Las mujeres se me caen por las esquinas. ¿Y tú?, ¿Hace cuanto que no te follan con ganas?. Todo me lo dice tú cara de amargada.

-Eh, ¿A dónde tan ofendido, Don Juan?.-Dijo levantando sus dos manos-Me apuesto lo que quieras a que la única mujer que te tocado en tu vida ha sido tu madre y por obligación.-Le escrutó con la mirada- Tener sexo contigo debe ser igual de placentero que hacerlo con uno de esos podridos. Desde luego no te diferencias mucho a uno.

Aquel hombre se puso colorado del enfado. Se levantó de la silla de un salto, tirando esta al suelo. Mientras que aquella mujer pelirroja de tez pálida se mantuvo sentada sin inmutarse un mínimo por la actitud de aquel simio que rozaba los cincuenta y muchos.

-¡Cuando quieras vienes y lo compruebas, zorra!

-¿Me has visto cara de que me guste la necrofilia?. Prefiero amputarme los genitales con un machete antes que dejarme tocar por tí.

Aquel hombre se enfureció más, cuando un par de risas silenciosas se escaparon de las personas que miraban la escena en silencio.

De pronto el estruendo de la puerta ser abierta casi de un golpe detuvo la pelea.

𝚃𝚑𝚎 𝚠𝚘𝚛𝚕𝚍'𝚜 𝚗𝚘𝚝 𝚜𝚊𝚏𝚎 𝚊𝚗𝚢𝚖𝚘𝚛𝚎 ᴸᵃʳʳʸ ˢᵗʸˡⁱⁿˢᵒⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora