Capítulo veinte

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[...]

¿De qué sirve el arrepentimiento, si eso no borra nada de lo que ha pasado? José Saramago

[...]

Paso un día desde que tuvo aquel semi sueño húmedo con el lider. ¿Podría calificarse como tal?.

Fue un día entero en el que se torturó constantemente.

Aquella noche incluso no durmió por miedo a que ocurriera lo mismo de nuevo.

Pero no dormir, además de ojeras, le trajo un nuevo pensamiento.

¿Era pronto para admitir que odiaba a Louis pero le ponía muchísimo?, probablemente sí. Por ende solo se dignaba a buscar excusas absurdas que pudieran justificar todo lo que había pasado. Todo lo que su subconsciente había creado. Cualquier cosa menos admitir que la simple presencia de Louis en su pensamiento se la ponía dura.

Por la mañana se encontraba algo mejor, por lo menos había encontrado la suficiente fuerza como para agarrar su diario y comenzar a escribir en él.

Estaba con la espalda pegada en el suelo, mirando por la ventana al cielo, donde las nubes se veían preciosas.
Miraba al revés los arboles que superaban la altura de los gigantescos muros que fortificaban el poblado.

Siguió escribiendo sin parar durante toda la mañana. Tenía muchas cosas que apuntar, desde que le habían quitado su diario eran muchos días sin él. Como el amigo que no ves durante mucho tiempo y tienes que ponerle al día sobre que pasa ultimamente en tu vida. Hacía tiempo que Harry no tenía un amigo pero sentía lo mismo con esos dos trozos de cuero y papel desgastado que en tantas aventuras le había acompañado.

—Hanna—LLamó Harry.

—¿Hm?—Respondió la chica al otro lado de la habitación, estaba súmamente concentrada en un libro.

—Quiero preguntarte algo.

—Sí, dime.

—Pero a la mínima que escuche una risa, te largas de aquí.

—Okay, dime.

—Te largas, eh.—Amenazó.

—Te juro que no me rio.

-¿Caces, de cazar va con "c" o con "z"?

—¿Caces de, "tú caces animales"?.

—Sí.

—Con "c"

Harry asintió y prosiguió con su escritura.

La verdad es que nunca le preocupó demasiado su ortografía. Lo cierto es que siempre tuvo cosas más importantes en las que centrarse, pero ahora tenía mucho tiempo libre y Hanna era una persona muy lista.

—¿Por qué?—Preguntó la curiosa chica.

—Tenía la duda.

—¿Qué escribes?

—Mis cosas.

—¿Puedo ver?

Harry bajó el diario de su cara y miró a la chica fijamente.

—¿No?—Respondió como si fuera la respuesta más obvia del universo.

—Okay señor don amabilidad. Solo preguntaba.—Dijo levantando las cejas y prosiguiendo con su lectura.

"Querido chucho mugriento, aunque no te conocía demasiado, he de decir que pronto te ganaste mi corazón. Incluso el día de las palomas, ese día en el que no comí absolutamente nada por tu culpa.

𝚃𝚑𝚎 𝚠𝚘𝚛𝚕𝚍'𝚜 𝚗𝚘𝚝 𝚜𝚊𝚏𝚎 𝚊𝚗𝚢𝚖𝚘𝚛𝚎 ᴸᵃʳʳʸ ˢᵗʸˡⁱⁿˢᵒⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora