Capítulo veintiuno

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Harry esperó paciente a que la chica abriera la puerta que había golpeado varias veces.

Hanna adormilada aún, abría entonces la puerta, restregando con su puño su párpado, intentando ver una imagen nítida de la persona que reclamaba su atención.

Fue cuando vio a un Harry de ojos hinchados y cansados esperar bajo la fría noche con sus manos dentro de sus propios bolsillos. Este se balanceaba nervioso con sus pies de alante hacia atrás.

Parecía tan frágil... como si tan solo fuera un niño.

En cuanto la embarazada se dio cuenta de lo que realmente estaba pasando, el sueño se le fue de un susto.

Abrió sus ojos lo máximo que sus párpados le permitieron.

-¡¿Harry qué haces aquí?!-Dijo sorprendida intentando no elevar demasiado la voz.-¡Son las cinco de la mañana!

-¿Tienes agua caliente?-Evadió la pregunta con otra más inocente.

-Vamos, pasa-Entonces la muchacha le tomó del brazo y le arrastró hasta el interior de su casa. Cerró la puerta, no sin antes asomar la cabeza y mirar a ambos lados de la calle-¿Estás loco?. ¿Cómo se te ocurre saltarte el toque de queda?. ¿Te vio alguien?

Le preguntó con una mirada acusadora.

El joven negó en silencio y evadió la mirada mordiendo la cara interna de su mejilla.

Entonces la muchacha ablandó su expresión. Su rostro se llenó de compasión al percatarse de la tristeza que denotaba Harry.

Ese Harry que siempre se mostraba frío e indiferente en cuanto a sus sentimientos. Ese Harry que si sólo abría la boca era para contestar de forma condescendiente y antipática, parecía haber sufrido un cambio drástico de la noche a la mañana.

-¿Estás bien?

-¿Puedo ducharme aquí?-evadió la pregunta a la que no pensaba darle una respuesta.

Entonces la embarazada asintió con una sonrisa dulce, con restos del sueño interrumpido.

-Ven-Dijo poniendo una mano en su espalda y acompañándole hasta el baño.-Te calentaré un poco de agua.

Se encaminaban hacia el pasillo, cuando de pronto una voz masculina desde el dormitorio de Hanna detuvo a ambos.

-¿Cariño?-Se escuchó la voz somnolienta tras la puerta.

Harry miró fijamente en dirección al sonido y luego a la chica, le pareció una voz demasiado familiar. Y a juzgar por su conducta nerviosa, todo aquello se volvió más extraño.

Sonrió de manera forzada intentando distraer a Harry. El pomo se estaba bajando y alguien saldría de aquella habitación.

-Discúlpame un segundito. ¿Sí?

Y sin más, Hanna prácticamente corrió hasta la puerta mientras Harry lo observaba todo desde el pasillo.

Empujó a la persona que estaba a punto de salir de la habitación, dentro nuevamente y cerró la puerta de un portazo. Evitó que volviera a ser abierta estirando con fuerza del pomo.

-A dormir-Dijo después de haberle encerrado.-Luego hablamos...

Harry se quedó estupefacto. No entendía nada.

-Qué... ¿quién hay ahí?

-Tú al baño-Le empujó desde la espalda hasta el cuarto de baño-Recuerda lávarte por todas partes y restregar fuerte la mierda.

-Pero...-repitió una vez dentro del baño. Había sido practicante arrastrado a la fuerza dentro de este.

-Ahora te paso el agua caliente, tardaré un poco.

𝚃𝚑𝚎 𝚠𝚘𝚛𝚕𝚍'𝚜 𝚗𝚘𝚝 𝚜𝚊𝚏𝚎 𝚊𝚗𝚢𝚖𝚘𝚛𝚎 ᴸᵃʳʳʸ ˢᵗʸˡⁱⁿˢᵒⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora