Capítulo ocho

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[...]

Dios aprieta pero no ahorca

[...]

Harry hubiera llorado, pero no se vio con la fuerza suficiente como para soltar una lágrima más. Todas se habían marchitado en sus mejillas por el dolor.

La herida ardía como el maldito infierno, pero eso era lo que menos le preocupaba de todo.

Sus ojos estaban cerrados, agotados por absolutamente todo. Grandes gotas de sudor se acumulaban por todo su cuerpo.

Estaba sucio, cansado, herido. Pensó en desistir.

-Oh venga... no bajes el ánimo ahora. La diversión apenas acaba de empezar-Siquiera tuvo fuerzas como para contestar al ser mezquino que hablaba cerca de su oreja. Este limpió con la yema de sus dedos y una delicadeza espeluznante las lágrimas que se le escaparon a Harry.-Ey... ya tienes una parte hecha.-sonrió vilmente-Ya no te hace falta usar esto, puedes decir lo que quieras.-de un tirón, Louis arrancó la cinta americana de su boca.
Después de que le hubieran quemado la piel con un hierro ardiendo, eso fue como una caricia.

Louis esperó con una sonrisa que el muchacho de pelo largo dijera algo.

-Si vas a matarme hazlo ya...-Pronunció con aquellos labios enrojecidos y maltratados por la quemazón de la cinta.

-No, no. No vamos a matarte. Tenemos grandes planes contigo, Harry. No sabes lo mucho que nos ha costado encontrarte y ahora que te tengo solo para mí, no nos sirves de nada muerto.

El de ojos verdes tuvo el valor suficiente como para mirar fijamente a los ojos de aquel hombre -si así se le podía llamar- que repudiaba con más intensidad cada segundo que lo tenía en frente.-Pues cuéntame esos grandes planes que tienes conmigo...-Espetó.

-Veo que te gusta tomar la iniciativa. Muy perspicaz...-Dijo sacudiendo su dedo índice.-quién sea, traedme las cintas.-uno de aquellos hombres asintió con su cabeza y obedeció las órdenes que su líder impuso.
Segundos después, el mismo hombre arrastraba un carrito metálico con una televisión encima, junto a una caja de cartón y un reproductor de cintas VHS.-Seguro esto te va a encantar.-Louis abrió la caja y sacó un puñado de cintas de video.-¿Te suena esto?.

En la cara de Harry se marcó la ira y la confusión al mismo tiempo. Negó con su cabeza.

-Adivina donde encontramos estas cintas.-Harry no respondió-¿No te haces una pequeñita idea?.

-Puedo volver a meter a tu madre en esto, pero igual no es la respuesta que esperabas.-Respondió sarcástico.

Louis levantó las cejas y pegó la lengua a su paladar en media sonrisa. Se anticipó antes de que Zayn saltara.-Sh tranquilo Zayn, no saques otra navaja. No me apetece volvértela a quitar.

El de pelo negro suspiró reacomodando su postura.

-¿Qué pasa?, ¿que no puedes defenderte por tí solo?, ¿O es que tenéis una relación tan toxica que se pone agresivo a la mínima que te dicen algo?.-Harry estaba tan frenético que no era capaz de controlar sus palabras. Ya que no podía defenderse de manera física, lo haría a través de la labia.

-¡Louis haz que se calle o no me hago responsable de mis actos!-Respondió Zayn.

-Sabes Harry, tu respuesta no iba desencaminada del todo.-Ignoró Louis-Lo cierto es que la cosa va de progenitores. Principalmente de padres. Que hijos de la grandísima puta, eh.

-Si quieres nombrar al tuyo hazlo. No me importa. Pero no te atrevas a poner el nombre de mi familia en tu jodida boca.-Amenazó.

-Sabes. Aunque no lo creas, tú y yo tenemos más en común de lo que imaginas.

𝚃𝚑𝚎 𝚠𝚘𝚛𝚕𝚍'𝚜 𝚗𝚘𝚝 𝚜𝚊𝚏𝚎 𝚊𝚗𝚢𝚖𝚘𝚛𝚎 ᴸᵃʳʳʸ ˢᵗʸˡⁱⁿˢᵒⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora