𝚃𝚑𝚎 𝚠𝚘𝚛𝚕𝚍'𝚜 𝚗𝚘𝚝 𝚜𝚊𝚏𝚎 𝚊𝚗𝚢𝚖𝚘𝚛𝚎 ᴸᵃʳʳʸ ˢᵗʸˡⁱⁿˢᵒⁿ

Capítulo doce

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Ego

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Louis caminaba por los pasillos apurado, sintiendo como su ego se elevaba por cada una de las miradas aterradas clavadas en su nuca allá por donde pisaba.
No negaría nunca que amaba esa sensación. De alguna forma u otra tuvo que ganarse aquel nombre que provocaba temblores en las piernas y llantos de los desafortunados que se cruzaban en los planes de Tomlinson.

Un imperio no se construía de la noche a la mañana y menos siendo indulgente.

Pero en esos instantes no estaba como para pararse a pensar en todo lo que había logrado a base de su tiranía. Su imperio poseía lo que alguna vez hubieran sido las catacumbas que guardaban el oro de todo un dominio. Un cráter de petróleo infinito en mitad del desierto. Una mina kilométrica de litio a punto de ser explotada... que debía proteger como si su vida estuviera ligada a este obsequio tan valioso que llevaba buscando durante años, porque lo cierto es que su vida y la de muchos sí iba ligada a este.

El puto sonido de la radio le estaba volviendo loco. Zumbaba en su pantalón como un panal de abejas enfurecido, pero lo que más le sacaba de quicio era la voz de los incompetentes que sonaban después.

-Señor por favor, tiene que venir pronto. Esto está fuera de control.

-La madre que me parió...-Murmuró mientras agilizaba más el paso. Después acercó aquella radio a su boca.-Quedaos todos quietos. Estoy yendo.

-Por favor dese prisa...-Suplicó uno de ellos.

Louis llevaba intentando contactar con Zayn hacia aproximadamente una hora y media. -Zayn, ¿Zayn me copias?-Intentó volver a llamar por la frecuencia que le pertenecía al pelinegro, pero nada. No había respuesta todavía.
Prometió que al encontrarle se encargaría de torturarle de diez formas distintas, cada cual más dolorosa. Cuanta más rotura de huesos implicara el método, más satisfactorio sería el resultado.

Pero aún sin Zayn dar señales de vida, su prioridad seguía estando encerrada, atada de pies y manos en la habitación que se encontraba al fondo del pasillo.

A medida que se acercaba, veía aquellas dos figuras inertes baradas en frente de la puerta.

Ignoró como cada músculo de ambos cuerpos se tensaba cuanto más se aproximaba a estos.

Intetanron hablarle y Louis no tenía tiempo como para escuchar explicaciones de nadie. Todo el mundo le era irrelevante.

-Señor, no sabíamos...

-Sí os he mandado llamar es para que movaís ese jodido culo.-Interrumpió con su rostro firme, abriéndose paso entre ambos sujetos e ignorando todo lo que estos tenian para decirle.

Louis escuchó los gritos provenientes de la habitación.-¡Brandon suéltale!- No le tomó ni un segundo empujar la puerta, jamás vio imágen semejantemente ridícula. -¡Tomlinson te matará!

Los enfermeros, acobardados contra la pared, clavaron sus miradas aterrorizadas a la entrada cuando escucharon el fuerte estruendo.
Louis se percató muy bien de como sus gargantas dejaron pasar saliva junto a esas caras pálidas comidas por el miedo.