Capítulo treinta y seis

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You'll never feel like you're alone
I'll make this feel like home

[...]

5 meses después

Harry irrumpió en la cocina después de haber atravesado la puerta principal de la casa. Louis preparaba la cena de espaldas a aquella pequeña mesita donde solían comer. A pesar de no ver a Harry, ya sabía que él estaba allí. Había aprendido a notar su presencia, incluso podría hacerlo privado de todos sus sentidos.

El rizado, se sentó soltando un pequeño quejido de cansancio, pegó la barbilla en la mesa, curvó su espalda formando una mala postura y observó a través de sus brazos cruzados sobre la mesa, la espalda de Louis desnuda, tan solo adornada con el pequeño lazo que formaba el delantal.

Examinó cada detalle. Las vértebras una por una, las cicatrices, el calzoncillo asomando por debajo del pantalón vaquero, incluso la hendidura en sus caderas debido a que se había anudado el delantal más fuerte de lo habitual.

El mayor giró sobre su propio eje y dejó caer el peso de su cuerpo sobre la encimera. Sonrió al divisar aquella mirada atenta puesta sobre él. Después, caminó hasta Harry e hizo un caminito infantil con sus dedos sobre el pecho de Harry, en forma de un coqueteo juguetón. Harry le devolvió una sonrisa.

—Hola — murmuró el rizado.

Louis no saludó de vuelta, tan solo exigió un beso en los labios, tomando en un puño su camiseta. Se encorvó lo suficiente como para alcanzar sus labios y Harry estiró su cuerpo todo lo que el líder le exigió.

Después de un beso de unos segundos, Louis separó sus labios de los de Harry manteniendo el agarre en su ropa.

—Si mi hombre vuelve a casa este es el único saludo que quiero. — murmuró el líder con una sonrisa socarrona y algo misteriosa. Harry sabía a la perfección que algo escondía tras esta, algo que tan solo Louis sabía. Algo que probablemente llevaba días pensando, pero que siempre iba a ser imposible de descifrar para Harry.

—Eres un dramático.

El mayor le dedicó una mirada prolongada y silenciosa, con esa cara que mataba a Harry de pura curiosidad, después volvió a caminar hasta apoyarse de espaldas sobre la encimera.

—Intentaré ignorar esa frase y que tienes una gran mancha de sangre en la mejilla que deseo que al menos no sea tuya.— cruzó los brazos y perforó a Harry con una mirada que parecía poseer rayos laser — Dime, ¿cómo de lejos has ido esta vez?

Harry suspiró y agachó la cabeza hasta tocar su frente con sus propios pulgares.

—Vamos con eso de nuevo...— murmuró cansado — Ya sabes que no llego ni a la carretera principal, Louis. No paso del bosque.

—Debe ser que los infectados se esconden cuando yo paseo por el bosque.— respondió irónico, levantando ambas cejas y tomando un sorbo de té.— nunca me encuentro alguno.

—¿Y qué pretendes qué haga si aparecen?, ¿no los mato?, ¿dejo que me coman?, ¿o me los traigo a casa como una mascota?.— elevó el tono de voz.

—Ese es el problema, Harry. No me importa que mates caminantes, ni que salgas a pasear solo, pero sabes que las exploraciones es cosa de dos, es cosa nuestra, como equipo. Y últimamente te encargas de hacerlo a mis espaldas.

—Perdona, no sabía que llegar a esta cabaña suponía tenerte pegado a mi culo como una puta lapa.— alzó más el tono y elevó el rostro con ciertos aires soberbios.

𝚃𝚑𝚎 𝚠𝚘𝚛𝚕𝚍'𝚜 𝚗𝚘𝚝 𝚜𝚊𝚏𝚎 𝚊𝚗𝚢𝚖𝚘𝚛𝚎 ᴸᵃʳʳʸ ˢᵗʸˡⁱⁿˢᵒⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora