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A quien ayuda, Dios le jode la vida.
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El reflejo anaranjado de las llamaradas del fuego se proyectaban sobre las caras de los dos individuos dando un color cálido y acaramelado en aquellas facciones, que ya se veían corruptas por el cansancio.
La noche era fría y la oscuridad junto al silencio los acogía bajo las frondosas ramas de los árboles. Sólo les acompañaba el sonido de las cigarras y el chasquido de la madera siendo engullida por el fuego.
Mientras, el rubio - que no había tenido la opción de cambiar de posición durante horas‐ no quitaba ojo de Harry. Este devoraba con ansias una paloma recién sacada del fuego. Y siendo honestos, el joven hambriento moriría por haber probado tan sólo un bocado.
Llevaba al menos dos días sin llevarse nada lo suficientemente pesado al estómago y tantos días sin hacer una comida en condiciones comenzaba a pasarle factura a su cuerpo.-Es de mala educación comer delante de los demás sin ofrecer antes.-Habló mientras se relamía los labios.
-¿Sabes que es de mala educación también?, el puñetazo que te voy a meter en la boca como no la mantengas cerrada.
El rubio suspiró como si el cansancio le hubiera obligado a hacerlo.
Dejó que Harry terminará de comer y no dijo una palabra más hasta que no pudo aguantar aquel pesado silencio.El de pelo largo estiró las piernas y se recostó con los brazos cruzados. Apoyando la espalda de manera que no quedaba completamente tumbado. Aún tenía que vigilar al desconocido que había atado a un tronco.
-¿Puedes prometerme algo?- el de ojos azules cesó el silencio.
-Comienzo a hacerme una idea de porqué llevas tantos días sólo. ¿Cuándo no hay nadie contigo también hablas solo?, ¿O te quedas callado hasta que te revienta la cabeza por la presión?.
-Dime que mañana me dejarás ir. Por favor... te juro que mis intenciones no son malas. Nunca lo fueron.
-¿Y como sé que puedo fiarme de tí?, ¿Cómo sé que no vendrás con nadie más?.-Preguntó de manera seria. Intentando analizar con minuciosidad los gestos del desconocido.
-¿Y qué ganaría haciendo eso?. Solo tienes un perro y una mochila. Aunque quisiera, ni yo ni nadie podría sacarle beneficio a perseguirte.-El hombre no respondió nada. Simplemente se quedó observándolo.-Además, ¿No te dí los motivos suficientes?.
-¿Motivos suficientes de qué?.
-De qué no valgo ni para matar a un jodido infectado. Si sigo vivo es por pura casualidad. No creo que fuera capaz ni de poder llegar a salvo a ese sitio como para buscarme enemigos por el camino.-Confesó el chico de una manera sincera. Tan sincera que un pequeño ápice de tristeza y desesperación podía leerse en esas facciones que solían ser alegres y socarronas.
-Me he encontrado con tipos más inocentes que tú que han querido usar mi carne como su cena de Navidad.
-Pero a mi no me va el canibalismo. Si te miraba raro antes era porque la sangre seca de tu mejilla tiene forma de pene.
El de pelo largo suspiró mientras colocaba su postura para darle un mejor descanso a su cuerpo. Bajó su gorra de nuevo a la altura de sus ojos.
Ahora la luz de la fogata apenas le iluminaba ciertas zonas del rostro.-¿Y qué propones que haga contigo entonces?-Habló sin siquiera prestarle un mínimo de atención con la mirada.
-Podemos llegar a un trato. Quizás podrías acompañarme hasta el campamento y así ves que no te mentía. Si mis planes son los que prometo, nadie tendría porque hacerte daño por el camino.

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𝚃𝚑𝚎 𝚠𝚘𝚛𝚕𝚍'𝚜 𝚗𝚘𝚝 𝚜𝚊𝚏𝚎 𝚊𝚗𝚢𝚖𝚘𝚛𝚎 ᴸᵃʳʳʸ ˢᵗʸˡⁱⁿˢᵒⁿ
FanfictionMamá siempre decía, "Cariño, acuéstate y deja prendida la luz. Cuando termine de redactar el informe de hoy subiré a darte el beso de buenas noches", pero aquel beso nunca llegó... Un virus arrasa con el 76,2 % de la población mundial. A diferencia...