Capítulo 25

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Todos se me quedan viendo como si hubieran visto un mismísimo fantasma frente a ellos. Sus ojos, cómo si quisieran saltarle de sus cuencas.

Veo, cómo mi papá sube las manos a su cabeza, metiendo sus dedos entre sus cabellos rubios y halando de ellos con fuerza, en tanto se aleja de cerca de la cama y comienza a caminar hacia la ventana de la habitación.

Los demás, callados y con sus quijadas amenazantes de saltar de sus rostros y salir corriendo del templo.

—¿Enloqueciste Katrina? —Pregunta Justin mientras me mira fijamente. —¿Vontrom? —Repite, alzando ambas cejas al observarme.

—Sí, eso escuché que dijo antes de que la conexión se interrumpiera por completo. —Asiento sintiéndome algo intimidada por su actitud.

—¿Vontrom? ¿Ciudad donde están los Victorian... los seres que nos quieren aniquilar y que han pasado los últimos años de tu vida persiguiéndote y tratando de atraparte? —Austin me mira con muy mala cara, una de las perores que creo que a mirado de él en estos últimos años.

—No es que me quiera entrometer ni nada por el estilo, pero... —Wesley habla desde su cama. Yo, volteo el rostro para observarle. —¿No íbamos a ir tras los Victorian para ya saben? —Comienza a lanzar leves puñetazos al aire. —¿Matarlos y darles su merecido por todo lo que nos han hecho? ¿Ése no era el plan desde un inicio? ¿Ir a Vontrom? —Hace una mueca con la boca mientras nos brinda una sonrisa falsa y muy sarcástica.

Unos segundos de silencio se apoderan de nosotros en aquella habitación. Todos, ahora, con sus miradas puestas en el chico de la cama de al lado... Wesley.

—Bueno... sí ese era el plan en un inicio, pero, yo personalmente... —Habla Lian desde el fondo de la habitación. Su espalda está contra un armario viejo de madera, sus brazos, cruzados sobre su pecho.  —Creo que luego de haber vivido tranquilos esos dos años en casa de doña Julia, eso nos hizo cambiar de opinión al respecto de seguir queriendo ir a Vontrom, no lo creen? —Se encoge de hombros.

—Yo no lo creo así. —Digo, meneando mi cabeza de lado a lado. —Yo vengare la muerte de mi madre, además de la de Juan, la cuál le prometí a Antonio que vengaría. —Hablo con una expresión seria en el rostro. Un nudo se forma en mi garganta.

—¿Katrina, tú viste a aquellos encapuchados que nos atacaron cuando salimos del colegio? —Jaxon me mira arrinconado de la puerta de la habitación. —¡Eran enormes, más fuertes y más veloces! —Arquea una ceja mientras me observa.

—Yo pienso que todo esto es una locura. —Sam menea su cabeza de lado a lado en negación.

Miro a mi derecha, mi papá está en la ventana de la habitación. Sus manos, posadas sobre las hojas de esta mientras que su mirada se encontraba perdida en el horizonte. Estaba totalmente callado, sin opinar ni aunque fuera una sola palabra.

Me quedo observándole, haciendo caso omiso a todo lo que los chicos estaban hablando y refunfuñando a mi alrededor. Enfocándome en qué podría estar pasando por la mente de mi padre en estos momentos, en qué... podría estar sintiendo o cuál era su opinión en todo esto.

—Yo haré lo que mi padre quiera que haga. —Digo, y de pronto, todos en la habitación guardan silencio.

El bullicio y ruido del hablar de todos al mismo tiempo, se disipa repentinamente.

Veo, como mi padre voltea el rostro lentamente hacia mi en tanto sus manos abandonan suavemente la ventana. Éste, gira su cuerpo y se arrincona sobre el marco de aquel viejo ventanal, posando sus manos sobre un pequeño saliente de madera. Sus ojos cristalizados, clavados en los míos.

Vontrom Wolfrahan ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora