Capítulo 29

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Luego de algún tiempo, el cuál no estoy muy segura de cuánto fue, Amaru finalmente logra cerrar mi herida y cocerla con aquel hilo y aguja.

Cabe mencionar, que la agonía y el dolor que sufrí en ése tiempo que pareció una eternidad, nadie se lo puede imaginar.

Recostada en mi cama, escucho cómo Amaru y Jaxon hablan al otro lado de la habitación. El monje, insistía en que teníamos que llamar al alguacil del pueblo para reportar este ataque de robo; Jaxon, tratando de convencerle que no lo hiciera.

Me quedo muy quieta sobre la cama, pensando y analizando todo lo que había ocurrido. El como aquel vampiro luego de haberle escuchado los huesos de su nuca crujir y verle morir ante mis ojos, éste, solo se había levantado como si nada para apuñalarme.

¿Qué es en realidad un vampiro?

¿Cómo funcionan? ¿A qué nos estamos enfrentando en realidad? Ahora tenía más dudas de las que tenía antes.

¿Por qué los chupa sangres habían dicho que ya estaban muertos? No lo sé, pero de lo que sí estoy segura es de que lo averiguaré.

—A sido una noche larga para todos. —Dice Amaru acercándose a mi cama. —¿Por qué mejor no nos acostamos a dormir, las pocas horas que nos quedan antes de que salga el sol, y mañana veremos que hacer? —Dice y yo asiento desde mi cama. Jaxon, comienza a caminar hacia la de él.

—Descansa Katrina. —Dice el monje, comenzando a recostarse sobre su colchón. —Trata, trata de no moverte mucho, ¿sí? —Se me queda viendo y yo asiento. Jaxon, procede a apagar las luces de la habitación y todo se torna oscuro.

***

Algunos días habían pasado, y puedo decir que mi herida ya había sanado casi del todo. Amaru estaba muy impresionado por mi velocidad de sanación, cosa, que le tuvimos que decir que era algo genético que venía por parte de la familia de mi papá. Creo, que se lo creyó.

Cabe mencionar, que tuvimos que tomarle prestado dinero a un amigo de Dawa que vive en el pueblo para así poder padar las noches extras que nos tuvimos que quedar. Éste, había dicho que le cobraría a Dawa tres veces lo que nos prestó, pero, de eso se encargará Amaru, de entenderse las finanzas con Dawa cuando lleguemos.

—Entiendo que te sientas bien y que ya estés casi curada... —Amaru me observa caminar por las calles junto a Jaxon. —Pero eso no quiere decir que ya puedas andar por el pueblo como si nada. —Me mira, estando a mi izquierda, con una ceja levantada. —Deberíamos quedarnos unos días más para asegurar que esa herida haya cerrado bien.

—No es necesario. No tenemos el dinero ni el tiempo para esto. —Camino por las calles mirando todo a mi alrededor. Buscando alguna pista, algo, que me indique dónde está Esteban. —Si nos atrasamos demasiado, de seguro a mi padre le da un ataque al corazón. —Digo y Jaxon asiente en aprobación.

—Si, de seguro sale del templo y viaja hasta acá a buscarte por sí mismo. —Ríe el chico de los ojos verdes.

—Si hace eso moriría. Ya sabes, por eso de que no se puede cruzar el bosque sí solo. —Responde Amaru y Jaxon le mira con una ceja arqueada.

—¿Todavía sigues con eso? —Suspira el chico de los ojos verdes oliva, meneando la cabeza de lado a lado. —Ya te dije que no hay nada en ése bosque. —Dice, y Amaru le mira mal, pero éste se queda en silencio para así no seguir con esta estúpida pelea.

¿Por qué pelean por si hay algo en el bosque o no?

¿No ven que estoy buscando a unos vampiros escurridizos que no sé dónde se esconden?

Vontrom Wolfrahan ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora