Capítulo 29: Nuestro lazo.

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Luz.

Paso mis manos por mi rostro para intentar tranquilizarme y mi corazón deja de bombear sangre con la erección de Aidan que roza mi entrada.

—Aquí es donde te digo que tengo miedo —murmuro.

—Conmigo no, mi Luna. No tengas miedo mientras estás conmigo, porque prefiero quitarme la vida antes de causarte dolor y nunca voy a dejar que te dañen.

—¿Es una promesa?

—Es una promesa.

Su voz se desvanece, su cara se distorsiona y dejo de ver esos ojos verdes que me protegen hasta de la sombra... El dolor regresa, la humedad se vuelve molesta en mis rodillas y abro los ojos regresando a la triste realidad.

Deylin en el suelo cubierta de sangre, no puedo gritar y solo me revuelco en el suelo. Sucia y con el dolor más grande que he podido experimentar.

—Luna... ¡Oh, Dios mío Deylin!

«Solo aguanta un poco más, la ayuda ya llegó para nosotras».

No soy consciente del tiempo que pasa pero, soy recogida y llevada a una camilla en una de las habitaciones en mejor estado.

Muchos empiezan a revisarme y no tardan en llegar a la conclusión que muero de dolor al ver como me mantengo en la misma posición.

Me convenzo de que no daré a luz esta bebé hasta que Aidan no regrese, se retiraron y es probable que él venga en camino.

—¡Permiso! ¡Muevanse y traigan un equipo completo!

Empiezo a llorar de nuevo con la voz de la persona que entra por la puerta, no sé con qué fuerza pero, estiro el brazo queriendo tocarla para asegurarme que es real.

—¿Estás bien? —casi no tengo voz pero, me entiende y medio sonríe sosteniendo una bolsa de hielo contra su cabeza.

—Soy una loba, está casi sano —me recuerda antes de dejar un beso sobre mi frente —Voy a revisarte, la bebé ya debe venir en camino.

—Deylin —alguien la llama y desaparece de mi campo de visión.

El dolor tira más fuerte y vuelvo a encogerme tanto como puedo... «Necesito que Aidan llegue pronto». Pasa más tiempo del que puedo rememorar.

—Luz —Joel es quien ocupa mi campo de visión ahora, sus ojos están rojos y parece recién bañado —Tengo algo que decirte.

Murmura muy bajito y doy un pequeño respingo con la mano que me toca la espalda.

—Tranquila —es mi amiga.

—Aidan se unió a algunos lobos a pelear contra los vampiros en el pueblo —respira profundo antes de volver a hablar —Adrana se lo llevó, luego de atravesarlo con una lanza.

Todo me aturde y creo que moriré en cualquier momento con el dolor incesante que me ataca la cabeza de repente, ni siquiera puedo llorar, no tengo fuerzas.

Solo quiero morir aquí mismo, quiero estar segura que volverá a estar conmigo, siento que no disfruté bien el poco tiempo que pasamos juntos y es un asco pensar que en la mayoría estuvimos peleando.

—Luz —la voz de la rizada es lejana —El dolor del lazo roto rompió la fuente de tu bebé y adelantó el parto, aún te falta más de medio día pero,... cuando el bebé nazca, tú morirás.

«No sé hacer nada bien» Mi bebé vendrá y se quedará sin padres apenas llegue al mundo, no quiero dejarla sola, no quiero que se aprovechen de ella o alguien le quite lo que le corresponde.

—Tengo órdenes de Aidan de separar tu lazo si algo como eso pasaba.

—No puedes separarla, no puede vivir sin él —Joel la mira como si hubiera perdido la cabeza — ¿Has creado una poción para eso?

—Él me lo pidió, el bebé la necesita, no pueden morir ambos.

Empiezan a pelear y no presto atención. Estoy en medio; a la derecha está mi bebé, el amor que no conozco pero, que decidí tener; a la izquierda la única persona con quien no se me pasó, Aidan es quien no me dejó sentirme sola nunca.

«Te amo, lobo gruñón, perdonáme de verdad te extrañaré». Las lágrimas me llenan los ojos antes de poder hablar.

—Sepáralo y si en un rato me arrepiento, necesito que lo hagas de todas formas —la voz se me corta y puedo ver su cara de lástima, yo le doy la espalda a ambos y me dejo ir en mi lugar.

¿Cómo voy a criar una bebé sola? Mis padres no están muy contentos con el embarazo, no tengo carrera, ni experiencia con niños y no estoy bien emocionalmente desde hace un rato... No quiero darla en adopción y no estoy segura de que eso funcione en este mundo, si tengo en cuenta la forma de los lobos tratar a sus crías. Además ¿Quién no querría la hija del gran alfa real para sí mismo?

—Luz —Deylin regresa y nos observamos mutuamente —Sabes que Aidan tenía que estar presente en el parto para asegurar la fuerza de la bebé como alfa real pero,... no sé qué podrías hacer ahora.

Las cosas solo se complican, que mi bebé sea igual a cualquier licántropo en fuerza y dones futuros ya hace que me preocupe, cualquier lobo orgulloso podrá intentar doblegarla como si fuera su igual.

No quiero ver eso, no podría soportarlo, ser inmortal no es tan bueno si pasaré toda una vida sola.

Dejaría ahora ir al amor de mi vida, y si todo seguía como iba, era probable que en unos años tendría que dejar ir al pequeño amor que había creado.

«No voy a poder con ello».

—No me separen —empiezo a llorar y algunas de las galenas llaman a Deylin que llega enseguida —No puedes separarme de él.

—Cariño, yo...

—Alguien busquelo, porque no vas a romper este lazo y no daré a luz esta bebé hasta que él no esté aquí —Trato de sonar seria y firme pero, rompo a llorar al ver que no me hace caso.

—Suministren posición ansiolítica.

—¡Dije que no!

Trato de levantarme cegada de la ira, muchas manos me sostienen y el dolor me resta fuerza. Lo único que quiero es salir de aquí a buscar a Aidan, no puedo dejar que se queden con él.

Algo pincha mi brazo y no sé qué o quién es, solo dejo que mi cuerpo se relaje sobre la camilla.

Narrador omnisciente.

El cielo se oscureció con el luto que arropó las calles de Rougemont en pocas horas, la posible muerte del alfa real ya era noticia, mientras tanto en una de las habitaciones más ocultas de la academia Luz luchaba contra los galenos que intentaban tranquilizarla, quería decirles que el dolor se había ido y que ella no estaba muerta, eso significaba algo en su cabeza.

Deylin terminó su posición y no tuvo el tiempo de probarla, solo se la hizo beber a la fuerza a la castaña, no fue mucho el rato que pasó cuando el lazo se rompió y cuando la conexión entre las dos almas dejó de existir.

El alfa ya no podría sentir a su luna... Luz ya no podría sentir a Aidan.



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Entre las garras del alfa©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora