Aidan.
Me centro en sus expresiones y la adrenalina que transmite... Cada que algo pasa con ella mis sentimientos se confunden.
—¿Eso significa que ya no soy para ti? —Las palabras abandonan su boca.
—Por extraño que parezca, sigues siendo mía, solo que parece que mi lazo es con otra persona, ya que no eres ni la sombra de lo que eras antes.
—¿Disculpa? —frunce el ceño ofendida, mira la gran ventana como si eso le diera las respuestas —Deylin sabrá qué hacer.
—La llamaré para que venga a cenar —aviso, ella saca su teléfono y empieza a teclear distraída, el olor me arrulla y sin poder evitarlo me acerco rodeándola con mis fuertes brazos. Le muerdo el cuello y sus piernas pierden fuerza, su teléfono cae al suelo y con los ojos cerrados me aprieta con fuerza las manos.
«Mar... Mar y Vainilla».
Sonrío dejándome llevar, le pego la erección al trasero y su cuerpo más al mío, como si fuera a escapar.
—No.
Se aleja con una rapidez sorprendente.
—¿Qué? —intento acercarme, pero se aleja por segunda vez —¿Qué te pasa?
—Estás casado, no quiero que te acerques —Recoge su teléfono y se va dejándome solo.
Lleno de enojo envío un correo a Joel para la cena y otro al consejo para mañana temprano.
Hace un par de horas mi orgullo no me dejaba quitarme la pulsera o perdonar a Luz. Tal vez su olor me hechizó, pero no soy capaz de volver a como estaba, su olor me gusta y por increíble que parezca mucho más que el de antes.
Así que, quiero que este circo se acabe mañana mismo. Paso el día organizando papeles y sacando copias del contrato de ¨matrimonio¨ que mantengo con Simone.
Salgo del despacho y Luz está en la cocina con un libro en la mano. El olor a vainilla se hace insoportable, ya que se toma todo el lugar, me sirvo un vaso de jugo y la observo sin disimulo. Puedo ver cómo suspira con pesadez, mientras finge que no estoy.
—¿Qué lees? —cuestiono dando un sorbo.
Vuelve a respirar de manera forzada y se cruza de piernas. Me muevo a su dirección y le arranco el libro de las manos.
—¡Oye! —Se queja.
—¿Ahora si me hablas? —empiezo a leer lo que dice —El fuego que transmitía su mirada me empujó a correrme de una vez por todas, con chillidos involuntarios que abandonaron mis labios...
Ella volvió a quitarme el libro.
Está roja, una mezcla entre enojo y vergüenza.
—¿Quieres dejarme en paz? Además, te he dicho que no te metas en mis cosas —demanda cerrando el libro con una servilleta dentro para recordar la página.
—No te voy a dejar en paz, me voy a divorciar mañana.
Aviso sonriente, espero una reacción de su parte, pero tarda más de lo necesario. Mi ceño se arruga cuando suelta una carcajada y niega repetidas veces.
—¿Tú crees que por que te divorcies las cosas van a cambiar? Hazte un favor y deja de soñar despierto —Se acerca mirándome a los ojos —Entiende, lo que había entre nosotros se esfumó.
—No se esfumó, seguimos estando unidos —recalco el importante dato y ella retrocede un poco cuando me acerco.
—No te quiero. Mejor prepárate para recibir mi rechazo formal.
Me da la espalda para irse, pero mi frustración es tanta que la tomo con fuerza sin dejarla salir.
—¡Si me quieres! ¡Me quitaste la pulsera, porque no soportabas verme con otra!
—¡No! ¡Te quité la pulsera porque no es justo que yo soporte tu cercanía y a ti ni siquiera te afecta la mía! —Se pone de puntillas para estar un poco más alta, al mismo tiempo que aprieta con fuerza el cuello de mi camisa.
—¡Entiende de una maldita vez que me casé porque me obligaron! ¡Nunca quise reemplazarte! ¡Ni siquiera dormí con ella! ¡No he estado con nadie desde que te fuiste!
Me mira directo a los ojos y sé que está un poco sorprendida.
—¿Por qué no fuiste a buscarme? —murmura soltando el agarre en mi cuello.
—Porque no podía, porque tu psicólogo decidió que no podías seguir en este ambiente de muertes y peleas, porque meses después el consejo me pidió casarme y tus padres dijeron que era mejor dejar las cosas como estaban... Porque el doctor me dijo que decidiste seguir un camino de desgracia.
Se aleja con las lágrimas que le amenazan con salir.
—Pensé que no preguntabas por mí.
—Lo hice, millones de veces... Pero tú no podías enterarte.
Se echa el cabello castaño hacia atrás e intenta respirar para no llorar.
—Sigue... Cuéntame por qué.
Me acerco decidido y pego mi cuerpo al suyo, mientras mis manos rodean su cara. «Justo como solíamos hacer antes».
—Decidía usar la pulsera, porque ya no sabía quien eras, el consejo temía que aparecieras y engañándome iniciaras una guerra, en la boda te sentía como alguien ajena ya que, tu olor era imperceptible... Luego, fuí a buscar una asesina que los guardias del muro apodaron ¨Fucsia ̈, me encontré contigo y te pedí que te quedaras en mi casa, porque de alguna forma mi cuerpo se sentía atraído por el tuyo.
—¿Cuándo preguntaste por mí?
Sé que está sensible por eso, pensó que no me interesaba, pero no la culpo... Porque yo la hice creerlo así.
—Cuando ibas al psicólogo o a tus terapias de traumatismo en la médula espinal. Llamé a ambos doctores después de cada cita, durante un año.
Me abraza respirando profundo.
—Eres un idiota y vas a tener que esforzarte ¿Me oyes? —murmura y sonrío dejando mi cabeza sobre la suya.
—Te amo, mi Luna.
Se aleja mirándome a los ojos, me deja hipnotizado por cortos segundos en los que no soy capaz de admirar nada más que su belleza.
—¿Por qué? —La pregunta es un detonante en mi corazón que inmediatamente empieza a enlistar las razones del por qué.
—Te amo, porque eres tú.
No había una respuesta mejor que esa, porque así es mi amor por ella, un mal chiste, una sonrisa, una palabra alentadora o el simple hecho de existir, solo porque es ella.
Y no me importó, no quería cambiarla, porque me sentía completo, porque volvía a sentirme vivo, porque su aura me daba seguridad o tan solo su presencia, porque es ella.
Porque era igual a mí, porque me entendía y me hacía sentir especial por el simple hecho de tenerla o porque sus abrazos son como vida eterna, porque es ella.
¡Los amo!
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Entre las garras del alfa©
WerewolfDespués de 2 años, Luz y Aidan vuelven a encontrarse. ¿Ella? Más madura ¿Él? Muy amargado. ¿Qué tan peligrosa puede ser una loba que ni siquiera ha logrado transformarse? Pues, parece que no lo suficiente para librarse de un alfa resentido. Ella des...