Luz.
«Convierte el dolor en poder» «Convierte el dolor en poder» «Convierte el dolor en poder» ...
No dejo de desgarrar tendones y despellejar su carne, el hocico se me llena de sangre y las garras se me enredan en su cabello, alguien toca mi lomo con cuidado y me doy cuenta de que esto no es lo importante.
—Hay que entrar —Joel deja caer una chaqueta sobre mí y lentamente empiezo a regresar a mis 5 sentidos antes de volver a mi forma humana, como puedo me levanto evitando que se vean las partes desnudas de mi cuerpo, me cubro bien y recogiendo mis dagas entro en la cueva.
Huele a humedad, el moreno viene detrás de mí iluminando el camino con su linterna y siento que voy a morir con los trapos tirados en el suelo, es ropa sin duda y piso algo que parece ser las partes de un reloj.
Lo detallo y... Suelto un quejido de angustia cuando confirmo lo que me temía.
—A. A —se me juntan las lágrimas.
—Aidan Adler —confirma su mejor amigo, dejo que mis mejillas se humedezcan pegando la parte del reloj a mi pecho. «Diosa, no me hagas esto» —Hay que seguir.
Sigo caminando esta vez sin muchas esperanzas, ya que el hecho de confirmar que Aidan estuvo aquí me hace pensar que no lo dejaron vivo.
Lo siguiente es aún peor, parece una habitación en el peor de los estados, huele a pipí y tiene restos de velas consumidas en el suelo, observo las paredes llenas de rasguños y la cama sucia y llena de tierra.
Algo se mueve detrás de esta y Joel y yo nos ponemos a la defensiva.
—Sal ahora demonio —él le habla y yo espero con mis dagas listas.
—Mátalo —ordeno dándome la vuelta y harta de perder el tiempo.
—¿Luz?
Esa voz que viene de la persona escondida me mueve todo el jodido mundo por dentro, siento que voy a desfallecer porque no pensé que la volvería a escuchar, de la nada las esperanzas que ya no tenía habían regresado explotándome por dentro, siento que mi corazón se aprieto ya que empiezo a llorar a mares, Joel baja sus puños y yo rodeo la cama desesperada cayendo sobre el cuerpo desnudo de Aidan.
—Maldición, eres tú —casi no puedo hablar entre lágrimas solo lo abrazo sin querer alejarme, exceptuando cuando él mismo me aleja para detallar mi rostro.
—¿En serio eres tú? ¿No te estoy imaginando otra vez? —tiene los ojos vidriosos.
Niego varias veces y siento ganas de morir ahora que puedo observar bien como está. Tiene la barba larga y sucia, su físico es el mismo ya que ser un lobo no deja espacio a muchos cambios, también tiene moretones y mordidas en el cuello.
—Amigo —Joel está llorando aunque trata de disimular, se quita parte de su uniforme para ponérselo a Aidan que está totalmente desnudo, lo ayudo a levantarse y hasta ahora noto que tiene un hilo rojo en el tobillo.
Aidan camina correctamente lo que me hace suponer que nada le duele.
—¿Te han golpeado? —pregunto temiendo la respuesta.
—Ni una sola vez —hace contacto visual con su amigo y son cortos segundos antes de que este se le tire encima abrazando a su alfa con mucha fuerza, puedo escuchar como solloza y le dice claramente que lo extrañó.
Que me diga que nunca ha sido golpeado me hace suponer demasiados tipos de tortura a los que pudo estar sometido, en esta cueva oscura y asquerosa, que Simone protegía con su vida y estaba...desnudo.
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Entre las garras del alfa©
WerewolfDespués de 2 años, Luz y Aidan vuelven a encontrarse. ¿Ella? Más madura ¿Él? Muy amargado. ¿Qué tan peligrosa puede ser una loba que ni siquiera ha logrado transformarse? Pues, parece que no lo suficiente para librarse de un alfa resentido. Ella des...