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Hola, holaa!! La canción de arriba es porque se le menciona en el cap, por si queréis escucharla.

Contadme que os está pareciendo la historia, que me motiva mucho :)))

Besitos.

Daniel:

-Hola -el micrófono hizo un ruido atordecedor, por lo que lo aparte de mi-

Nervios. Aún así, aclare mi garganta y continúe.

-Soy Daniel, el hijo del novio -sonreí- honestamente, ya tenía algo planeado, pero acabo de darme cuenta que eso no es realmente lo que quiero decir. Cuando tenía doce años, deje de creer en el amor. En la familia. En la confianza.

Y aunque nadie de ellos sabía de qué hablaba, sabía que mi padre lo hacía. Y eso era lo único que me importaba.

-En todo -continué- todo lo que creía perfecto se vino abajo. Pase años tratando huir de eso. Rechazando las segundas oportunidades. Huyendo de cosas como el amor. Y cuando mi padre me dijo que se daría una segunda oportunidad. La idea no me hizo gracia. Porque era enfrentarme a eso. A lo que se había derrumbado. Pensaba que el no merecía una segunda oportunidad y que yo no quería ver o aceptar como el la tenía con alguien más. E incluso eso pensaba. Hasta este momento.

Tengo que admitir, que la cara de mi padre era de total confusión y que alguna que otra vez intento detenerme. Pero necesitaba hacerlo.

-Entendí que el amor y la confianza si existen, creo en ellas. -le guiñe el ojo a Ava por lo que ella sonrió- y cuando vi como mi padre mira a Natalie, entendí que todos merecemos una segunda oportunidad en el amor. Y que estoy bien con ello. Que estoy feliz por vosotros. Y que deseo que vuestros sueños se cumplan. En hora buena.

Realmente era así, deseaba que sus sueños se cumplieran. Y en algún sentido. Mis sueños, mi padre de los sueños se cumpliría. Solo que no conmigo. Y estaba bien. Regresé a mi asiento mientras los aplausos llenaban el lugar. Y una vez que llegue a la silla me di cuenta.

Una parte de mí había quedado en ese lugar. La parte herida. Y aunque aún había una parte de mí que le costaba analizar el pasado. Y lo poco que le importaba a mi padre. Otra parte, estaba feliz, pero más que por el, por mi madre. Porque finalmente había encontrado a alguien que la mirara así. Como ella lo merece, con el amor que mi padre nunca lo hizo.

El resto de la noche fue bastante normal, lo que se supone que es una boda. Los familiares del novio y la novia tenían un "acceso vip" en el que nuestras mesas estaban en la parte más bonita del jardín y en el centro de ellas había una pista de baile, justo en la esquina estaba el dj ambientando todo. Estaba todo decorado con luces pequeñitas, como de navidad. Velas y ese rollo.

A Ava y a mi, nos asignaron una mesa y a mi madre y Felipe otra. Una que quedaba no muy lejos de la muestra.

Ava se sentó frente a mi y vi como giraba su cabeza para contemplar como se escondía el sol. Al mismo tiempo se abrazaba a si misma.

-Ava -llame su atención- toma mi saco.

Se lo pase por encima de la mesa y ella lo aceptó y se lo puso.

-Gracias -sonrió-

Y luego nos quedamos embobados. Creo que era una especie de cosa especial que teníamos. Era como un juego. Mantener las miradas que lo dicen todo y no decir nada.

Pero siempre había algo que lo interrumpía, en este caso, la mesera que sirvió la mesa.

-Gracias -sonreí-

Y luego de que se marchó, Ava habló.

-Has estado muy bien -dijo mientras tomaba el primer bocado-

-En qué?

-El discurso -tomó un sorbo de agua- creo que has expresado lo que sientes. Aunque sé que aún hay cosas que duelen, me alegra saber que le hayas podido decir que le deseas lo mejor. Es algo que se considera el primer paso.

-Gracias Ava, no lo podría haber hecho sin ti.

-Si que podrías Dani -sonrió- porque eres el chico más fuerte que conozco y yo solo estoy aquí para ti. Tu eres quien se está sanando a sí mismo. Porque en algunas ocaciones, solo nosotros podemos salvarnos.

-Tu me diste el empujoncito.

-Lo sé -sonrió-

Terminamos de cenar y vimos como todos salían a la pista a bailar las canciones que ponían incluyendo a mi madre. El problema de que tu padre sea mayor es que nada de lo que ponían sonaba bien para nosotros.

Música clásica. Iba a matar a quien hubiera hecho la playlist.

Finalizó la canción lenta y escuchamos sonar el inicio de una canción.

Ava y yo nos miramos rápidamente. Finalmente una buena.

Sin siquiera pensarlo dos veces corrimos hasta la pista, y entonces, todos habían desaparecido éramos solo nosotros dos. Disfrutando la canción.

Giros, saltos, milicentimetros entre los dos.

-SHUT UP AND DANCE WITH ME -cantamos ambos al unísono-

Ava:

Todos se habían sentado porque nadie conocía la canción, éramos solo nosotros dos en esa pista. Y aunque al principio me daba vergüenza, lo cierto es que la vergüenza no recompensaría la culpa de no disfrutar este momento.

Daniel se movía al compás de la canción igual que yo. Era como si nada pudiera detenernos. Deslizaba sus manos por mis brazos y cuando llegaba a mis manos me daba una vuelta. Y aunque probablemente estuviéramos bailando super mal. Lo estábamos disfrutando y eso era lo que importaba.

-Lista? -sonrió y yo asentí-

Entonces, cantamos a todo pulmón entre risas disfrutando después de mucho tiempo.

-JUST KEEP YOUR EYES ON ME, I SAY YOU'RE HOLDING BACK, SHE SAID SHUT UP AND DANCE WITH ME, THIS GIRL IS MY DESTINY UUUUU SHUT UP AND DANCE WITH MEEEEEEEEEE.

La canción termino. Y todos aplaudían, probablemente fuimos el entretenimiento de esa noche. Pero daba igual.

Comenzó la siguiente canción. Y esta vez era una lenta. La pista se comenzó a llenar otra vez, sin embargo seguía sintiendo que éramos nosotros dos.

Nosotros dos y una vida.

-Me permites está pieza ? -extendió su mano-

-Con gusto -le acepté-

Daniel paso sus manos por mi cintura, causando un pequeño escalofrío y yo pasé las mías por su cuello.

-Tienes las manos frías -sonrió-

-Y tu también.

Nos movíamos al ritmo de la canción. Mis ojos parecían no poder apartarse de los suyos.

-Te quiero Ava. De verdad que lo hago. Jamás lo olvides. Ni cuando muera. Siempre recuérdalo.

-Yo también te quiero Daniel. -aparte ese mecho rebelde de su frente- estás muy guapo, lo sabes.

-Yo siempre.

Creo que pasé mucho tiempo buscando una vida normal. Y aunque no sabía exactamente el sentimiento que esa vida generaba. Se sentía como si la estuviera viviendo. O al menos eso creía.

Nosotros dos y una vida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora