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Para quienes sueñan con una vida normal.
Para quienes no se cansan de buscar la perfección en los pequeños detalles.
Para quienes sin importar lo difícil que se pongan las cosas siguen adelante.

POV de Ava:

Cambios, una palabra, una situación y una manera de vida a la que ya estaba acostumbrada. Desde muy pequeña pase de una escuela a otra ya que cada dos por tres mi padre cambiaba de trabajo y cuando finalmente tenía algo de estabilidad mi padre decidió que nos cambiáramos de país. Básicamente en eso se resumen mis últimos diecisietes años de vida.

Este año era diferente, estaba en mi último curso de secundaria. Y empezaba a gustarme la vida que estaba llevando en España. Es entonces dónde aparece el miedo, dónde te preguntas si es donde surgirá el cambio que arruina la perfección.

Aún habían cosas que me atormentaban y me perseguían.

Mentiría si digo que ya no hay días en los que eché de menos a Stef, sé que echarla de menos no está mal, pero aún no llegó al punto en el que lo haga sin que duela.

Mentiría si os digo que soy totalmente libre y consciente de que alejar a Nancy fue lo mejor. Aún hay días en los que me muero por volver y pedirle perdón. Días en los que la culpa parece sobrepasarme.

Era un nuevo viaje, en el que estaban mis padres, Daniel y yo, ansío con todas mis fuerzas que llegue un punto en el que el pasado ya no me duela, en el que sea solo eso, el pasado.
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.....Lunes
Otra vez lunes y aunque solo llevaba dos semanas de curso me estaba empezando a acostumbrar.

Luego de apagar mi alarma y quedarme observando fijamente el techo de mi habitación decidí ponerme en pie.

Tenía un nuevo motivo para odiar los lunes. Educación física. A quién cojones se le había ocurrido ponerla a primera hora?. Así que como el colegio lo exigía explícitamente en su reglamento, me puse el uniforme, sin más remedio, lo único bueno de esto, es que al menos los lunes no tenía que pensar en un súper outfit.

Salí de mi habitación y vi a mi madre sirviendo el desayuno, Sara estaba comiéndose unos cereales mientras tanto Sofía se encontraba comiendo un emparedado de mantequilla de maní y mermelada de fresa.

-Buenos días Ava -dijo Sara con la boca llena de cereales-

-Buenos días Sari -le sonreí- y buenos días a ti también Sofía.

-Hola Ava -sonrió-

-Qué te pasa? Estás bien?

-No, detesto los lunes y lo sabes.

-Pues yo también -le sonreí- hagamos un club que se llame "club antilunes"

-Bueno bueno -dijo mi madre mientras llamaba mi atención con su mano- menos charla y más desayuno -asentí-

El desayuno era como cualquier otro, como uno de esos que tome en verano, como uno de esos que tome a toda prisa en el curso anterior era un desayuno.

-Te vienes conmigo? -le dije a Sofía mientras me ponía mi mochila y cogía mis llaves-

-Nop, me voy con mis amigas, van a pasar a por mí en nada -sonrió-

-Valeee, entonces nos vemos a la salida, no?

-Si, a la salida.

-Adios Ava -dijo Sara mientras se acercaba para abrazarme- podéis tu y Dani recogerme a la salida? -dijo con su cara escondida en mi estómago-

-Valeee, se lo diré -sonreí-

La relación con mis padres había mejorado, pero para que mejorará, tuve que entender que la comunicación es necesaria, no puedes esperar que una persona te entienda o cambie su actitud contigo si nunca se lo dices. Y al mejorar mi relación con ellos, con mis hermanas parecía que cada día íbamos mejor.

Abrí la puerta del portal y lo primero que vi fue a Daniel, con el uniforme de colegio y una cara de no haber dormido nada. Además traía dos cafés de Starbucks en la mano. Nos habíamos obsesionado con ese café.

-Vienes muy aesthetic hoy, no? -sonreí-

-Igual que tú -me devolvió la sonrisa-

Me acerqué hasta el. Daniel envolvió su brazo en mi cintura para abrazarme y yo le recibí.

-Buenos días Daniel Rodríguez -dije rompiendo el abrazo, mas no distanciandonos-

-Buenos días Ava Thompson -dejo un pequeño beso en mi frente-

-Muchas gracias -tome el café- nos vamos?

-Denada guapa, aunque tengo que aclarar que tenemos una pequeña gran obsesión por este café.

-Ya te digo -hice una pausa- venga -extendí mi mano hacia la suya- hay que irnos.

Comenzamos a caminar hacia el colegio con pasos lentos y a la vez apresurados, una vez que finalmente habíamos llegado entramos en nuestra clase y nos sentamos en los lugares seleccionados.

Lo bueno de que ya no habían normas COVID es que todo había regresado a la normalidad, esto era, no mascarillas y ubicarte por parejas. Así que como ya sabréis, Daniel y yo nos sentamos juntos, aunque había uno que otro profesor que nos advertía con separarnos porque mucho hablábamos.

No conocíamos a casi nadie en esa clase.

Sabéis quien estaba en mi clase? LUCÍA.

La tía que le hizo la vida imposible a Nancy. Por cierto, sobre ella, solía verla en los pasillos y ella parecía no notarme. Y a veces eso llegaba a herirme.

Tengo que admitir que al principio detestaba a Lucía e incluso la miraba mal, sin embargo habían pasado dos semanas y aún no conseguía encontrar motivos para odiarla personalmente, más que los de Nancy. Por lo cual decidí parar y dejarle la vía libre para una oportunidad.

-Avaaaa -dijo Dani interrumpiendo mis pensamientos-

-Dime -sonreí-

-Te apetece venirte a cenar a mi casa? mi madre dice que va a hacer la mejor lasaña del mundo!! -dijo con entusiasmo-

-Me parece perfecto!! -sonreí- por cierto, me ha dicho Sara que si la podemos recoger ambos.

-Hmmm -toco su barbilla simulando pensar- no será esto un plan tuyo para verme más tiempo?

-Jurado que es idea suya, aunque no me estorba pasar tiempo contigo, siempre es todo un placer.

-Valeee, vale -sonrió- entonces salimos te dejo en tu casa, luego salimos a por Sara, la llevamos a tu casa podría subir a estudiar contigo para el examen del viernes y luego bajamos a cenar a mi casa.

-Ya lo tenías todo planeado -fingí asombro-

-Así es, es una de las tantas cualidades que tengo -sonrió-

Iba a responderle sin embargo Pedro entro por la puerta y noté como nos miraba fijamente.

-Mirad -decía mientras nos apuntaba con el dedo- si no os estáis callados hoy, os juro que os separo de mesa, vale?

-Vale -le sonreí-

Así comenzó otro día rutinario en mi vida.

Otro día más de este curso, el último de la secundaria.

Así empezaron a surgir las decisiones importantes que debía tomar.

Así empezó el camino a Una vida normal.

Nosotros dos y una vida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora