Ava:
El resto del día corrió con toda la normalidad. Cuando finalmente salí de clases cogí el móvil y llamé a mi madre.
Llamada telefónica:
-Qué pasa? -dijo algo alterada-
-Nada mamá, tranquila, que voy a comer a la casa de Dani. Llego a eso de las cuatro.
-Puedes recoger a Sara antes de venir?
-Si mamá.
-Dile a Sofía que me escriba cuando llegue a casa, que estoy en el trabajo.
-Vale.
-Hasta luego.
Fin de la llamada telefónica.
-Sofia!! -grite para que me pudiera escuchar en medio de la multitud que salía-
Sofía se acercó rápidamente hasta donde yo estaba, una vez que estaba lo suficientemente cerca me dijo.
-Qué pasa Ava?
-Que voy a almorzar a casa de Dani. Nos vamos juntas y nos separamos en el semáforo. Tú te vas a casa y yo a casa de Dani. Y le escribes a mamá, vale?
-Valeeee, pero no me grites en medio de todos, que me da vergüenza.
Comenzamos a caminar y tal y como habíamos acordado, una vez que llegamos al semáforo nos separamos.
Comencé a caminar hasta la casa de Daniel. Llamé a la puerta del portal y Daniel respondió por el telefonillo.
-Si?
-Soy yo, abre.
-Yo?
-Ava.
-No conozco a ninguna Ava. Además que estoy esperando a mi novia.
Pude escuchar su risa a través de el aparato.
-Venga Dani, abre.
-Pero quién eres.
-La que se va a cabrear como no me abras.
Inmediatamente abrió la puerta del portal, por lo cual yo deje salir una sonrisa.
Llegué hasta su piso y llamé a la puerta.
Daniel abrió. Traía unos pantalones vaqueros de color negro, una sudadera de color rojo y el cabello bastante desordenado. Por otro lado. Yo llevaba el uniforme del colegio. Ya que tuvimos educación física.
-Te he echado de menos. -abrió los brazos para abrazarme-
-Estoy más sudada que Dios sabe qué. Así que tú verás.
-Me da igual. -se abalanzó sobre mi envolviendome con sus brazos, acto que correspondí-
Entramos a la casa, que lucia un poco oscura. La mamá de Daniel no estaba, seguramente se encontraba haciendo un turno doble. Las cortinas estaban cerradas y el sillón lleno de mantas y pañuelos. Era obvio que se había pasado los últimos tres días en el sillón.
-Quieres pasta? -dijo mientras cerraba la puerta- pff, perdón, dame tu mochila que la dejo en el comedor.
-Gracias -le di mi mochila- y si, si quiero pasta -Daniel se dirigió a la cocina- Yo voy a abrir las cortinas.
-Valeee!!
Abrí las cortinas, las ventanas para ventilar el olor a guardado. Recogí las mantitas e hice un bulto con todos los pañuelos para poder tirarlos.
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Nosotros dos y una vida.
Dla nastolatkówFinalmente Ava está consiguiendo adaptarse a su nuevo mundo, está empezando a encontrar esa perfección Disney, esa que se encuentra en las pequeñas cosas. Sin embargo aún hay cosas que tiene que enfrentar, heridas que tiene que sanar y decisiones q...