24.

7 3 1
                                    

Daniel:
Abrí mis ojos lentamente pues la luz del sol que se colaba por la ventana me estaba estorbando en los ojos. Baje mi mirada y mire a Ava durmiendo sobre mi pecho. No pude evitar que se me saliera una sonrisa. Porque con ella me sentía en paz. Las voces, los miedos e incluso el dolor físico se silenciaba.

Puse mi mano sobre su cabello y comencé a acariciarlo. Quería quedarme ahí de por vida. No quería que pasaran esos cinco meses. No quería morir. No quería renunciar a esto. No quería hacer sufrir a Ava. Pero supongo que no tengo elección.

A lo mejor esos eran los planes del destino. Que pasara mis últimos cinco meses al lado de Ava y mi madre. Que fuera feliz en el último trozo de mi vida.

La muerte era algo próximo, y asustaba. Pero a la vez significaba que se acabarían los dolores, las horas en el hospital y tener que controlar constantemente lo que como o no.

-Buenos días guapo -Ava levantó su cabeza de manera que me miraba a los ojos-

Normalmente que te miren a los ojos sientes miedo, te sientes intimidado e incluso lo primero que haces es romper el contacto visual. Pero con ella no era así. Podría pasarme horas viendo sus ojos color miel. Tratando de memorizar cada uno de sus detalles. Para que nunca los olvidara. Pero supongo que así no es como funciona. No eres tú quien decide cuánto vives.

-Buenos días Ava.

-Estás bien?

Ava:
Daniel frunció un poco el ceño por lo que mi reacción natural fue levantarme de la cama. Después de todo le podía estar aplastando o algo.

-Me duele un poco, pero el dolor ya se ha vuelto algo común -negó de hombros mientras se sentaba en la cama-

-Te vas a quedar? Las dos semanas que quedan?

-No puedo, tengo que seguir con la diálisis.

-Entonces regreso contigo .

Me puse en pie para empezar a meter la ropa en mi maleta cuando Daniel me tomo del brazo, haciendo que me diera la vuelta.

-No Ava. Por esto no quería decírtelo. Porque ahora quieres girar tu vida en torno a mi y no quiero que sea así. Quiero que sigas siendo libre. Si vienes conmigo que sea porque lo quieres y no porque sientes que debes hacerlo. Y si al final de las dos semanas decides quedarte está bien. Estaremos bien.

-Estás seguro? -asintió- me vas a dejar acompañarte al aeropuerto o eso tampoco?

-Eso si -suspiro-

-Tienes un taxi o algo reservado? -negó con la cabeza-

-Voy a llamar a un amigo, si quieres vístete y yo bajo a por algo de desayuno. -asintió-

Puse mi mano en el pomo de la puerta y estaba por abrirla cuando escuché una risita, por lo que me di la vuelta.

-Ava piensas salir con una camiseta y unas bragas a la calle?

Instantáneamente mis mejillas se tornaron color rosa, tome el buzo que me había quitado la noche anterior, me lo puse y después de eso salí.

Las calles de Paris no eran muy distintas a las de Madrid. De hecho tenían el mismo ambiente, me sentía tranquila porque al menos eso me harían sentir en casa estas dos semanas.

Y sobre mi decisión, iba a regresar. Porque si Daniel se iba, quería estar a su lado. No quería perderme ni un segundo más.

El móvil me timbró y aunque pensé que sería Daniel vi que era de Luka.

Luka.
Buenos días preciosa!!
Cómo estás?

Preciosa?

Del uno al diez que posibilidades hay de que Luka esté ligando conmigo? Puede que al principio no me sentara tan mal. Tengo que admitirlo, Luka es un chico guapo. Pero aún así, no me veo dejando a Daniel por el. Estas semanas iban a ser incómodas como siguiera así.

Pulse en el icono de llamada. E instantáneamente respondió.

Llamada telefónica:
-Luka puedes pasarte a mi casa necesito que me acerques al aeropuerto..

-Te vas? Ni siquiera me has dado tiempo de enseñarte París...

-No que va, mi novio ha venido ayer y regresa a Madrid , entonces necesito que le acerques al aeropuerto.

-Vale, estoy ahí en cinco minutos.

Fin de la llamada.

Vale. Ese final había sido algo borde. Las posibilidades de que estuviera ligando conmigo sólo aumentaban. Qué tan probable era?

Carla:
Cuando dije que me encargaría se separar a Ava y Daniel iba en serio, nunca digo cosas que no voy a cumplir. Para mi suerte, Luka mi mejor amigo, estaba dispuesto a ayudarme, ni siquiera puso un pero. Y aunque no entendía porque, me importaba más el plan.

Todo se había puesto en marcha con el Erasmus, mi padre era el jefe del proyecto y convencerle de que Ava fuera a Paris no fue tan difícil, lo siguiente fue hacer que Luka trabajara de chofer para el proyecto. Lo siguiente fueron las fotos. Yo tenía que subir una foto en la casa de Daniel para que Ava pensara que estaba conmigo y él una con la maleta de Ava, entonces Daniel sabría que estarían juntos.

Para nuestra suerte, Luka siempre ha sido de esos que se ligan a todo lo que se mueve. Así que era muy creíble que estuviera haciendo lo mismo con Ava.

-Maldita sea -Dijo Luka y luego pateó una lata de cerveza que estaba en el suelo-

-Qué pasa ahora? -musité-

-Daniel está aquí, ha hablado con Ava y están mejor que nunca.

-No se suponía que habían roto?

-Eso fue lo que me dijo Ava ayer. JODER

-Daniel se queda?

-No, pero Ava si.

Me acerqué hasta el y puse mi mano sobre su pecho.

-Relájate. No todo está perdido. Aún podemos hacer algo. O no?

Claro que no contábamos con que estos dos fueran a perdonarse tan rápido, y mucho menos que Daniel estuviera en Francia.

-Puedes venir conmigo -dijo mientras me sostenía la mirada-

-Y qué le digo?

-Yo que se que has venido a visitar a tu abuela?

-No, deben creer que ya no nos hablamos entonces es más creíble todo.

-Entonces vete -hizo un ademán para quitar mi mano de su pecho- Ava me pidió que la recoja.

-Genial -le di un empujón que hizo que casi se cayera- no pierdas de vista el objetivo.

-Ni tú el tuyo. -asentí-

Tarde o temprano, todo saldría tal y como lo planeamos.

Nosotros dos y una vida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora