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"Atrás en el tiempo"
Ava:
El resto del día ignoré a Daniel, porque aunque le había prometido hablar, no me apetecía, estaba molesta. Y no creía que ninguna de sus explicaciones lo justificara.

Con qué me iba a salir? O qué me iba a ocultar? Así era como funcionamos, no?

La verdad, es que no se en qué momento pase de "respeto tu espacio" a "no me ocultes las cosas" o bueno, si lo sé.

Tampoco le pido que me explique en donde está en cada movimiento que hace. Simplemente, no quiero mentiras.

No quiero que me diga que está dormido cuando no lo está. Que me diga que no miro el móvil cuando si lo hizo.

Entonces llena de esos sentimientos, deje el colegio y me dirigí a mi casa. Una vez que llegue, me encerré en mi habitación y pase la mayoría de la tarde en ella.

Tenía el móvil apagado. No me apetecía ver algún mensaje suyo. O si quiera intentar escribirle uno.

Se dieron las cinco de la tarde. Y esos pensamientos de ira, tristeza y confusión, me llenaban y no me dejaban en paz. Así que cogí mis llaves y mis audífonos y comencé a trotar hacia el parque.

Si, iba en jeans, si llevaba converse.

Pero nada de eso parecía importar. Era simplemente la música y el viento en mi cara. Recorrí casi la mitad del parque, llegue a un área de juegos, en el que algunos niños deslizaban el tobogán mientras sus padres le esperaban abajo, otros eran empujados por sus padres en los columpios y otros simplemente observaban desde las bancas.

Estaba cansada por lo que estaba decidida a sentarme, todos los padres estaban sentados con alguien a excepción de una chica. Parecía demasiado joven como para ser mamá, considerando que la mayoría tenían cuarenta casi cincuenta. Me acerqué sigilosamente y una vez que estuve lo suficientemente cerca, dije.

-Hola -sonreí- me puedo sentar.

-Claro.

Me senté a su lado y mientras mi pulso se regulaba pude sentir los pensamientos volver, joder, no me dejaban en paz.

-Mal día? -comentó-

-Algo así -masculle- cómo lo sabes?

-Yo también salía a correr cuando tenía uno. -ladeo su cabeza, como si recordara algún momento en específico- qué pasa? Hombre si se puede, después de todo soy una madre desconocida.

-Eres mamá? -la sorpresa en mi fue evidente- lo digo porque te vez tan joven.

Ella soltó una risa para luego decir.

-Muchas gracias por el cumplido, pero si, tengo dos hijos -sonrió- y tengo treinta y cinco años. Vamos que no soy tan mayor como el resto.

-Ya -solté una sonrisa-

Puede que fuera una completa desconocida, que no supiera si quiera su nombre. Pero, aún así. Algo me impulsó a contarle.

-He estado ignorando a mi novio, porque lo pillé tonteando con una -chasquee la lengua- bueno, realmente, una chica tonteaba con el y no la detuvo, eso es lo que me molesta. Por eso le ignoro.

-Sabes? -se acercó un poco más- entiendo que te enfades, yo también lo estaría, pero como me dijo una vez mi mejor amiga deberías escuchar el otro lado de la historia, porque te puedes montar mil películas y no saber de qué se trata.

Podría haberle dicho que era una loca. Levantarme y simplemente irme. Pero no lo hice. Decidí seguir preguntando y seguir escuchando.

-Cuando yo tenía tu edad -continuó- llevaba unos cinco años sin hablarle a mi mejor amigo -sonrió- y yo le odiaba realmente lo hacía, hasta que decidí escuchar su historia, no oírla, si no escucharla. Prestar atención a cada detalle y aunque por un tiempo continúe molesta, poco a poco ese enfado desapareció. Porque la mayoría de cosas que me hacían sentir mal, me las había creado yo.

-Y las cosas terminaron bien con ese amigo?

Entonces, un chico de compostura alta, algo musculoso, cabello rizado y castaño y ojos cafés. Se acercó a la banca con un niño de la mano y una niña en sus brazos.

-Nos vamos Sherlock? Va a empezar a llover.

Sherlock? Que nombre mas raro.

-El es el amigo -sonrió y después se puso en pie para coger al niño en sus brazos-

-Ah -paso su mano por la nuca- perdón, un placer, soy David. -sonrió-

-Y yo soy Rebecca y ellos son, Andrés y Angelina, nuestros peques.

-Soy Ava -sonreí- un placer, muchas gracias y gracias -dije volviéndome a Rebecca-  bueno me voy.

-Hombre no -dijo David- te llevamos nosotros, que ya está muy oscuro y no se sabe que puede pasar por las calles, además que ya caen unas cuantas gotas de agua, te puedes resfriar.

Dudé por un segundo, pero a fin de cuentas ya eran las siete, como me tocara irme sola me iban a secuestrar. Así que accedí. Una vez que entre al coche, me senté en la parte de atrás con los niños, quienes me contaban una y otra vez la historia del verano más loco de sus padres, quienes intercambiaban miradas y se sonreían.

La lluvia se intensificó y cada vez era más difícil ver. Tanto así, que al cruzar un semáforo casi nos cargamos a un chaval.

-Cuidado chaval!  -gritó David por la ventana-

Al cabo de unos minutos, finalmente había llegado a casa, distinguía la silueta de alguien en la puerta del portal, pero no sabía quién era.

-Nos vemos Ava -dijeron los pequeños-

-Adiós chicos y muchas gracias.

-Nada -dijeron David y Rebecca al unísono-

Me baje del coche y la lluvia no tardó en empapar mi cabello, corrí hasta el portal y cuando distinguí de quién se trataba deje salir un suspiro.

-Qué haces aquí Daniel? te vas a congelar.. -abrí el portal y sujete la puerta con mi mano izquierda- venga pasa.

Este paso y yo entre tras el. Iba a comenzar a subir las escaleras pues pensé que Daniel subiría conmigo, pero este me detuvo.

-Ava necesito hablar contigo, ahora. No quiero que terminemos por un malentendido y te amo, y si que me importa la relación, y si que quiero pelear por ella.

Mis ojos se abrieron en señal de sorpresa.

-Pisa el freno, que vas muy de prisa. Te dije que estaba enfada no que te quería terminar. Venga sienta.

Nos sentamos en las escaleras uno junto al otro, podía notar los pequeños escalofríos que salían de su cuerpo.

-Qué quieres decirme

-Carla, ella es mi ex. Mi ex todo podría decir -enarqué una ceja- es mi ex mejor amiga y mi -hizo una pausa- ex novia. Salimos por dos años, pero no fue nada sano, era esto de que peleábamos todo el rato, ella se cambió de colegio, al poco tiempo me dejó. Y a los meses te conocí. Pero quiero que sepas que no hay nada entre ambos, que lo que viste no significó nada.

-Daniel yo no estoy molesta porque tengas ex's o porque no me lo hayas contado, es tu pasado y no soy quien para juzgarlo. Me molesta que haya estado ligando contigo y no la hayas detenido. Y si no llego en ese momento? Hubieras dejado que te bese?

-Ava yo -intento buscar las palabras adecuadas, sin embargo no las encontró, porque no había justificación- tienes razón y lo siento. Y te prometo que no volverá a pasar. Pero también quiero que sepas que mientras pasaba todo eso, le dejé en claro que tengo novia, aunque no la detuve en seco, se lo dejé claro. Si quieres se lo puedes preguntar.

Y tal como dijo Rebecca, mucha de las cosas que habían estado molestándome eran ideas mías y aunque aún estaba enfadada la molestia era menor.

-No necesito preguntarle, porque confío en ti. Y te perdono.

-Borrón y cuenta nueva? -extendió su mano-

-Acepto -estreché mi mano con la suya- no más mentiras, por favor.

Y aunque en el fondo esperaba que me dijese que cosas eran mentiras de esta semana, no lo dijo. Simplemente respondió.

-No más mentiras.

Solo espero que no sea algo que vaya afectarnos, algo que no pueda perdonar, porque entonces, se acabó.

Nosotros dos y una vida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora