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Ava:

Miércoles, tercer día de la semana y aunque solo habían pasado dos días desde el lunes, se sentía una eternidad.

Desde el lunes, la situación con Daniel había sido extraña. Pero lo entendía, es lo normal.

Para sanar, te tiene que doler. Y una vez que deje de hacerlo, significa que ya está, que has sanado.

En mi caso, el problema, es que los primeros días de mi pelea con Nancy lloraba sin parar, dolía inmensamente, e incluso pensaba en volver. Y aunque ya no lloraba todos los días. Aún seguía ese sentimiento, ese que parece ahogarte. Que te recuerda constantemente que es tu culpa.

Entendía que cada uno tenía su parte del proceso. Pero cuando acababa eso? Cuándo eres finalmente libre?
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Daniel había estado faltando toda la semana, había decidido tomarse un tiempo. Ya que por primera vez, dejaba salir el dolor. Y no tenía ánimos de nada.

Finalmente llegó el recreo y yo tenía que buscar con quien salir si no quería estar sola.

Nancy.

Bendita conciencia. Ella ya no está.

Por tu culpa.

Todos comenzaron a salir de la clase para irse al recreo. Y quedarme sola parecía más probable.

Y para mí sorpresa, Lucía se acercó a mi. Para luego decir.

-Ava, te quieres venir conmigo al recreo? Es que no ha venido Tom. Y no tengo con quien salir. Y tú tampoco. Así que creo que somos la solución. -esbozo una sonrisa-

-Claro -añadí con algo de duda-

Llegamos hasta una banca que se encontraba no muy lejos del colegio. Nos sentamos y comenzamos a comer lo que habíamos llevado de merienda.

El silencio inundaba el entorno. Y era incómodo. Porque aunque ninguna lo había mencionado el tema de Nancy estaba reinando entre ambas.

-Y qué tal estás? -dijo Lucía cortando la tensión-

-Pues bien, supongo. -sonreí- y tú?

-Bien.

Entonces pasó lo que llevaba evitando desde hace dos semanas. Nancy paso delante de mí junto con un grupo. Uno que parecían ser sus amigos. Nuestras miradas se cruzaron. Sin embargo ella no la sostuvo por mucho tiempo. Y al cabo de unos segundos, Nancy ya no estaba. Supongo que Lucía pudo notar que me había sentado mal, porque entonces sin rodeos, comenzó a hablar.

-Qué paso entre tú y Nancy? -dijo con algo de timidez-

-No lo sé -negué con la cabeza- creo que llegó el punto en el que no congeniabamos más. Y si a eso le sumas problemas que traíamos de hace mucho. Todo coincide. Se acumuló en un pequeño vaso y llegó la gota que lo derramó. Yo exploté y. Y bueno. Se acabó.

-Fue lo mejor, que se acabará. Para ambas. -le dió otro bocado a su sandwich-

-Es que todos dicen eso -me pase las manos por la cara en señal de frustración- pero yo no lo siento, no lo creo. Lo único que siento es culpa.

Y aunque esperaba que la reacción de Lucía fuera de sorpresa no lo fue. Era como si lo que le contaba ya lo supiera. O como si ya lo hubiera vivido.

-Era como un ciclo, no? -añadió con una sonrisa amarga-

-Si -afirme con cierta sorpresa- y me cansé de vivir en el. Así que me salí. Pero no pensé en las consecuencias que eso traía.

-Ava. Yo. Sabes lo que paso entre nosotras?

Si le decía que si, estaba traicionando a Nancy?

Y qué más da, si ya no te quiere!

-Su versión, eso conozco.

-Quiero que veas mi parte. Para que entiendas que ninguna de vosotras tiene la culpa. Simplemente tenéis responsabilidades incumplidas. -asentí-

-No tienes que hacerlo, entiendo perfectamente si quieres guardartelo. 

-Es cierto que me porte mal con ella -añadió ignorando lo dicho anteriormente- es cierto que le hacía bromas y que está mal. Y también admiro que estuvo mal dejarla sin darle una razón. Pero lo hice porque me cansé. Y sé que no es una justificación. Pero estaba agotada emocionalmente como para seguir en ese ciclo, en el que enviaba audios, desaparecía, se cabreaba y luego hacia como si todo estuviera normal... ambas tenemos cosas que debimos hacer y no hicimos. Pero no es culpa de ninguna.

Nuestras historias eran similares. La diferencia en ella es que yo si le dije a Nancy porque me iba. Se lo hice saber. Y yo no le escribo haciéndole bromas pesadas. Pero, por qué la culpa sigue?

-La culpa es lo normal y te puedo decir que te va a acompañar por mucho tiempo. Pero llega un punto en el que comprendes que fue lo mejor.

-Pero -aclaré mi garganta- y si ese punto no llega?

-Significa que aún tienes cosas que aclarar. Entonces, no lo dejes pasar. Habla con ella. Tal vez no con el fin de ser su amiga. Simplemente de aclarar todo.

-La odias? -pregunté-

Mire mi reloj y noté que el recreo había terminado. Por lo que me levanté y comencé a caminar. Mientras tanto Lucía me seguía. Estabamos a punto de entrar a la clase cuando respondió mi pregunta.

-No la odio. Aún hay una parte de mí que la quiere. Una parte mía, está herida aún. Y otra pequeña parte está llena de culpa. Cada vez se hacen menores. Pero perdí la esperanza de aclarar las cosas. Sé que me odia y yo también me odiaría.

No la iba a contradecir. Nancy la odiaba. Pero creo que a veces ese odio se disfrazaba de incomprensión y culpa.

Se sentirá así por mi? El odio de ese día... Quizá era incomprensión y culpa.

-Gracias por contarme tu versión -sonreí-

-Gracias por escucharla.

Lucía regresó a su sitio y yo me senté en mi mesa. Dirigí mi mirada a la mesa vacía a mi lado y recordé que no había sabido nada de Daniel así que le escribí.

Dani <33
Buenos días guapa :)
Que tengas un excelente día.

Hola Dani <3
Muchas gracias :)
Qué tal estás?

El móvil, no se utiliza en clase 😗

Vale vale lo siento.
Cómo estás?

Tirando.. mejor que el lunes.

Te parece si me pasó por tu casa, después del colegio?

Perfecto, así puedo ponerme al día y si quieres puedes almorzar aquí.

Valeepp, nos vemos entonces.

Guarde el móvil una vez que vi a Teresa, nuestra maestra de historia.

Volví mi mirada hacia la parte de atrás de la clase. Lucía me vio y me dio una sonrisa de boca cerrada, una que correspondí.

Nuestras versiones son similares... Nancy nos odiara así como odia a Lucía?


Conocía el lado de Nancy con respecto a Lucía. Y ahora conocía el lado contrario. E identificarme con él asusta.

Las historias siempre tienen dos caras. Siempre desee conocer el lado de Nancy. Para compararlo con el mío.

Es eso posible?

Nosotros dos y una vida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora