OTRA VEZ NO, POR FAVOR

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Me encontraba en mi habitación arreglándome, hoy Nozel me había pedido que me pusiera el vestido que me había regalado la semana pasada, ¿por qué? No lo sé, lo que sí sé es que iríamos a un restaurante lujoso. Así que, debo de ir de acuerdo al lugar.

Salgo y él ya está esperándome, me ayuda a subir al águila y partimos hacia el lugar.

Al llegar me doy cuenta que es un lugar nuevo, tiene una hermosa vista hacia una aldea grande.

—Parece que se la están pasando bien allá abajo— digo sonriendo

—Me parece que tienen una clase de festividad — me dice Nozel, pone su mano en mi cintura — vamos a nuestra mesa —me introduce al lugar.

Cenamos y platicamos sobre cómo habían sido estos días en que no nos habíamos visto por motivos de trabajo. Solo coincidíamos a veces en el castillo, pero no lo suficiente como para tener una conversación normal.

Nozel pagó la cuenta y nos dirigimos a otro lugar.

—¿A dónde vamos? — pregunto

—Es una sorpresa.

—¿Huh?

—Ya lo verás — me sonríe

Al llegar noto mi asombro, todo está perfectamente adornado.

—¿Qué es este lugar? — pregunto asombrada

—¿Te gusta?

—Sí, ¿Dónde estamos?

—En el lado suroeste del reino, es un pequeño espacio que se renta para aquellos que quieren venir a pasar un fin de semana tranquilo.

—Me parece muy bonito — digo observando a mi alrededor— ¿Es muy transcurrido?

—No, mucho menos en estas fechas, tienes que hacer reservación si no, no puedes siquiera estar cerca de la zona.

—Oh — digo por debajo, esta reservación ha de ser carísima.

Recorrimos el lugar y si, efectivamente, toda pinta a que solo personas de la alta burguesía asisten a este sitio.

—Ven vamos al jardín — me dice

Yo le sigo, pero no puedo evitar fruncir el ceño al leer su ki.

—¿Me estás leyendo el ki? — me pregunta divertido

—He, no, no — digo sonrojada —si — desvío la mirada — es involuntario.

—Está bien —veo el sonrojo en su mejilla izquierda.

El jardín era precioso, tenía toda clase de flores, la iluminación era la adecuada para que pudieras apreciar la belleza del lugar. En el centro había una pequeña fuente, en la cual ya hacia parado a un lado Nozel.

Caminé hasta estar frente a él.

—¿Está todo bien? — pregunto confundida

Balbucea, noto una gota de sudor en su sien y su cuerpo tiene una ola de calor que sus mejillas le están delatando.

Balbucea, noto una gota de sudor en su sien y su cuerpo tiene una ola de calor que sus mejillas le están delatando

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UN AMOR EXTRANJERO | NOZEL SILVADonde viven las historias. Descúbrelo ahora