UN AMOR EXTRANJERO | NOZEL SILVA

KURAOKAMI

Mi hermano nos había dicho que en media hora salíamos, de eso ya hace quince minutos, pero noté que entró al baño, así que probablemente se alargue a una hora, el ir a la misión.

Bajé al comedor, ya que se me había antojado algo, no sé qué, pero tengo ganas de comer algo. Y como no me quedé llena del desayuno.

Llego y me topo con que los chicos todavía estaban ahí, al menos, los que no tenían misiones.

—¿Charmy?

—¿Si? — pregunta sin despegar la vista de su comida

—Oh, nada.

Caminé a la cocina, vi que había papas hervidas que sobraron del desayuno, a veces Charmy suele cocinar por cocinar con tal de que haya comida suficiente cada que comemos.

Tomé un plato y puse dos papas, con ayuda de un tenedor, las partí a la mitad. Abrí el refrigerador, busqué algo para ponerles encima pero no había más que crema. Me encogí de hombros y le puse por encima a mis papas.

Caminé al comedor nuevamente y me senté mientras escuchaba la plática de los chicos.

Tomé mi tenedor y probé las papas. La sorpresa que me llevé es que no era crema, sino yogurt.

Fruncí el ceño mientras comía y saboreaba la mezcla de los sabores... está bueno.

—Oh, aquí estas, pensé que ya se habían ido — dice Vanessa sentándose a mi lado —, aunque... ¿Qué estás comiendo?

—¿Papas hervidas con yogurt?

—¡Ugh! — hace una mueca de asco — ¿y lo estás disfrutando? — me pregunta viendo mi rostro con incredulidad

—Si — digo con la boca llena — ¿Quieres? — pregunto divertida

—No, gracias — hace otra mueca de asco — ¿por qué lo comes?

—Se me antojó — digo pensativa — bueno, al principio eran papas con crema, pero al probar, me di cuenta que no era crema, sino yogurt, lo probé y me gustó.

Vi qué más quedaba en la mesa y noté que estaba un aguacate.

Lo tomo y le agrego a mis papas varias julianas de aguacate, fruncí el ceño al ver que me resultaba aún más rico así.

—Ugh, ni siquiera puedo imaginar el sabor— comenta Vanessa viéndome comer a lo que yo rio con la boca llena.

—No deberías de comer tanto antes de la misión — nos interrumpe Charmy — He ... ¿qué comes?

Vanessa se ríe.

— Vaya que amaneciste rara hoy — comenta Charmy viendo mi plato — ni siquiera a mí se me ocurren esas mezclas.

***

Llegamos a la aldea, no se veía mucho movimiento.

Nos dirigimos hacia la alcaldía, ahí nos recibió el alcalde.

—Es bueno tenerlos aquí, Toros Negros — dice con una expresión de alivio y preocupación

—¿A ocurrido algo más? — pregunta Yami sin más

—Ayer hubo un remolino, era color negro, como si usaran magia negra — comenta temeroso con el ceño fruncido — al llegar la noche, ningún aldeano sale de sus casas.

Miro la hora.

—Es medio día — observo — no veremos nada.

—Lo averiguaremos— dice Yami — vamos