LA NOCHE DE BODAS

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NARRADOR OMNISCIENTE.

—¿Nozel Sama?

—¿Si?

—Perdón que los interrumpa a usted y a Moguel Sama, pero la señora Weber me indica que ya es hora de que vayan con el pintor para que les hagan su pintura de matrimonio.

—Ah, claro — dice Nozel serio

—Ahora le iré a decir a Yumeko sama, también— dice el joven mozo

—No, iré yo— dice Nozel deteniéndolo y caminando hacia donde está su esposa.

Nozel se acerca, carraspea para llamar la atención de la pareja que bailaba.

—Oh, Nozel — le digo el Barón

—¿Me permites? —le dice

—Por supuesto — suelta a Yumeko— fue un placer bailar con usted, Yumeko Sama — hace una reverencia

—Gracias — le contesta esta

El Barón se fue lo más pronto posible, ya que Nozel le había dedicado una mirada severa.

—Gracias por salvarme — le dice Yumeko, frunce el ceño al ver a su esposo — ¿Qué tienes? — le acaricia suavemente la mejilla

—Nada — dice volviendo su mirada a su esposa — ven, nos llaman para nuestra pintura.

—¡¿En serio?! — pregunta ilusionada— ¡Vamos!

***

En otras estancias, dentro de la fiesta, se encontraban los Toros Negros disfrutando de la fiesta, y comiendo todos los bocadillos por haber.

El capitán Yami se encontraba con ellos, y estaba tan feliz que, solo por él, habían ofrecido cerveza.

Yami se comenzaba aburrir de la fiesta, ya que no veía a su hermana y tampoco quería bailar con alguien, gira hacia la pista, cuando de repente su mirada cruza con la capitana de las rosas azules.

—Charlotte — dice sin más Yami

La capitana se encontraba acompañada de una mujer rubia de mediana edad; era su madre.

—¿Quién es? — le pregunta la señora rubia a su hija al ver la tensión entre ella y el capitán

Charlotte traga saliva y trata de tranquilizarse, ya que siente cómo su rostro se ha puesto totalmente rojo.

—Y-yami — dice después de un rato Charlotte— ¿qué tal? — logra decir algo.

—Meh, no puedo decir mucho, no pensé verte por aquí— dice este

Silencio.

—Tsk— chasquea la lengua la capitana, agarra la mano de su madre y se retiran del lugar.

—¿Qué fue eso? — decía por debajo exhalando el humo de su cigarro.

Aún era demasiado pronto para poder enfrentarse a Yami, así que decidió irse sin más, dejando a Yami confundido ante su comportamiento.

***

Margarita y Félix se encontraban afuera del salón.

—Creo que tardarán en regresar — comentaba Félix — y creo que, si la señora Weber está con ellos, no nos necesitan.

—Sí, creo que si— dice Margarita sonriendo

—Iré adentro por una bebida— dice dándose vuelta

—Yo también, te acompaño— decía Margarita dando pequeños saltos.

Ambos se dirigieron al interior del salón, rumbo al área del bar.

UN AMOR EXTRANJERO | NOZEL SILVADonde viven las historias. Descúbrelo ahora