UN AMOR EXTRANJERO | NOZEL SILVA

UNA CITA INESPERADA

—¡Asombroso!— exclame

Henry había hecho un hechizo nuevamente para que la base tomara forma de un toro.

Todos nos adentramos a la base y partimos hacia el Concilio Mágico.

—¡Ahh!— gritó Henry he hizo un agujero enorme al edificio provocando una ráfaga de aire y polvo.

Se escucharon gritos de asombro.

—¡¿Qué ocurre?!— gritaban

—Sabía que harías algo inesperado— habló Yami—el juicio era dentro de dos días, ¿no? No importa si el mocoso es malo o no.

—Yo mismo reconocí que era todo un hombre— defendió Magna

—Es mi amigo— dijo Luck—no puedo dejar que lo maten aquí.

—Yo puedo transformarme, pero sé que Asta es trabajador y decidido— habló Gray

—Es un chico muuy amaaablee—dijo Henry

—Marie se pondrá muy triste si fueres— dijo Gauche—, así que supongo que también te salvaré a ti, pero no la toques.

—Aun es muy joven, pero ya es todo un hombre capaz de cambiar el destino— dijo Vanessa

—Es fuerte, y es un ejemplo a seguir— señalé— aun le falta camino por recorrer.

—Es un compañero considerado que me hace quedar bien— afirmó Finral

—Tiene que comer mucho más— habló Charmy

—Es un enano asqueroso— dijo Zora— pero se podría decir que es lo más cercano a un caballero mágico real.

—Es tonto, ruidoso, y está loco— dijo Noelle— pero como miembro de la realeza, sé que necesitamos a alguien así. No lo digo por nada más.

—Te vienes con nosotros— habló Yami nuevamente

—¡Asta!— dijimos en unísono

Los murmullos de los nobles se hicieron más fuertes.

—¡¿Qué es esa cosa gigante?!

—¡¿Los Toros Negros?!

—¿¡Cómo osan entrar aquí?!

—Yami Sukehiro— dijo un tipo alto con un lunar en la barbilla, traía con sigo una balanza, a juzgar por su maná, puedo saber que pertenece a la realeza— si pretendes defender a un criminal que trajo la guerra al reino, espero que sepan lo que le sucederá a los Toros Negros.

—¿No te haz enterado ya?—preguntó Yami— No hay peor caballería que la de los Toros Negros. Los dos tipos de cuernos son de nuestra orden. Si quieres meterte con ellos, ¡nos convertiremos en rufianes, rebeldes o lo que haga falta!— exclamó sonriendo

Suspiré y cerré mis ojos, pero los abrí de golpe cuando los chicos comenzaron con su alboroto. Aunque lo había empezado Gauche porque Asta seguía abrazando a Marie.

—La locura por su hermana no se cura— declaró Vanessa

Asentí.

—Hola, señor de la casa Kira— dijo Yami— tienes a dos de los míos.

—¡Olvídense de mi y huyan con Asta!— gritó Nero— no soy de esta época y abandoné mi humanidad hace tiempo. Además, los utilicé para cumplir mi objetivo.

Yami jaló de su cigarro y exhaló el humo.

—Después de tanto tiempo, no sé de qué te sorprendes— caminó hacia ella— ¿no nos conoces pese habernos observado?