UN AMOR EXTRANJERO | NOZEL SILVA

EL MISMO SENTIMIENTO

—Si. Hola, capitán Nozel —contesté

—Me da gusto que te haya llegado la herramienta mágica— dijo y se mantuvo en silencio— disculpa que hasta hoy pude marcarte.

—Descuide— me senté a los pies de la cama

—Han sido días de mucho trabajo— escuché cómo sonreía—incluso hay misiones que me han dejado enseñanzas

—¿A si?— pregunté—¿Cómo cuáles?

—Después te platicaré— su voz sonaba de buen humor— ¿Haz tenido misiones últimamente?

—Si, nos han mandado a que ayudemos a las aldeas lejanas— hice una pequeña mueca— hay aldeas que todavía necesitan de nuestra ayuda.

— Me imagino... ¿Yumeko?

—¿Sí?

—¿Sabes manejar una herramienta mágica, cierto?

—No, no sé— me quedé viendo la herramienta—solo sé el botón que sirve para contestar llamadas.

—En la tuya se ubica un botón color azul, ese botón te dará la opción de poder llamarme— su voz era firme pero al mismo tiempo sonaba tranquila —por ahora quedará guardada automáticamente mi línea de comunicación, después cuando quieras llamar a alguien más, la misma herramienta te la la opción de elegir.

—¿Enserio?

—Si, cuando pase el nombre de la línea de comunicación de quien quieres llamar, presionas otra vez el mismo botón y este se comunicará con la persona con la que quieres llamar.

—Que interesante, pensé que sería más complicado el uso— dije pensativa

—No, es fácil— escuché que sonrió

—Gracias— dije nerviosa

Hubo silencio.

—He, Yumeko... Hace cuatro días me enteré de rumores que decían que los Sukehiro estuvieron en el castillo.

Se me encogió el estomago.

—¿Si?

—Si, y no es como si me interesara— guardó silencio— pero quisiera saber a qué fueron... tengo entendido que estuvieron con Owen.

—He, si— dije nerviosa

¿Qué se supone que le cuente, la verdad? No lo creo.

Piensa Yumeko.

—¿Le afectaría de alguna manera a usted si no le quisiera decir?— pregunté

Silencio.

—Si— dijo y mi estomago se encogió aun más

—¿De qué manera?

—No tengo por qué decirte.

—¿Huh? Entonces yo tampoco tengo por qué decirle— le espete

Silencio.

—Lo siento— dijo por debajo

Suspiré, que agobio con este hombre.

—Está bien, ¿me dirá el motivo de su llamada?— pregunté

—Solo quería asesorarme que sabías y que no se te complicaría el uso de la herramienta mágica.

—Oh, pues ya ve que no, solo fue cuestión que me diera las indicaciones— sonreí divertida— agradezco su preocupación.

—Yo...